La chispa de un juego pirotécnico con los que, paradójicamente, lo samarios pretendían conmemorar los 488 años de fundación de su ciudad podría haber desencadenado la emergencia en pleno centro de esa capital.
Hacia la medianoche del domingo se produjo una gran explosión, seguida de un gigantesco incendio sobre la Vía Alterna, a la entrada del barrio San Fernando, en las bodegas Puerto Seco.
En esa bodega, propiedad de la compañía Open Mundo, se almacenaba gran cantidad de productos químicos para la fertilización agrícola, que bajo ciertas combinaciones puede resultar explosivo.
En principio, se conoció que el cargamento de fertilizantes pertenece a la empresa Nutrición de Plantas S.A. con sede en Tulúa (Valle del Cauca), y no a la multinacional petrolera Drummond, como se informó inicialmente.
Con el incendio se generó una gran nube de polvo blanco y espeso que cubrió a más de 15 barrios a la redonda.
Las autoridades explicaron que se produjo un gran pánico colectivo, pues se redujo la visibilidad a cero, y los habitantes que a esa hora estaban en las calles no podían ubicar ni siquiera los lugares por donde caminaban.
La emergencia, que tardó más de ocho horas en ser controlada, fue atendida por los cuerpos de Bomberos de Cartagena y Santa Marta.
Las autoridades informaron que más de 500 personas de los alrededores de la bodega resultaron afectadas y de ellas, al menos, 80 fueron remitidas a distintos centros asistenciales por afecciones respiratorias.
Miguel Cantillo Guerrero, director del Departamento Administrativo Distrial de Medio Ambiente, Dadma, con sede en Santa Marta, explicó que como medida preventiva se ordenó el cierre del Puerto Seco, tras detectar algunas falencias de seguridad, que se hicieron evidentes después de contolar el incendio.
En el sitio se inició una investigación para determinar si los dueños de la bodega siguieron los protocolos de seguridad establecidos para el manejo de este tipo de productos químicos.
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