Dos días después de haberse medido en un debate frontal, en la Universidad Hofstra en Nueva York, los dos candidatos a la presidencia, Barack Obama y Mitt Romney , jugaron a ser cómicos por un día.
En lugar de bombardearse con ataques, los dos rivales intercambiaron bromas y guasas en el marco de una cena de gala ofrecida por el arzobispo de Nueva York.
La cena a la memoria de Alfred E. Smith -que fue el candidato perdedor del Partido Demócrata a la presidencial de 1928- es uno de los rituales neoyorquinos. “La más política de las cenas no políticas”, como dijera The New York Daily New s.
Los asistentes pagan 2.000 dólares por el cubierto y los beneficios (5 millones de dólares) se destinan a las obras de la iglesia. Este año, la asistencia contó con grandes nombres de la televisión y las finanzas, así como, por supuesto, de la política.
A 19 días de las elecciones presidenciales en medio de la crisis, Romney y Obama, de frac y corbata de moño blanca, estuvieron sentados al lado del cardenal Timothy Dolan , este en su hábito púrpura.
Los aspirantes a la Casa Blanca estuvieron encantados de tener la oportunidad de cortejar el voto católico. Pero no siempre se invita a los candidatos. A John Kerry , en 2004, le hicieron el feo por su posición en favor del derecho al aborto.
Barack Obama hubiera podido correr con la misma suerte. Los católicos, que representan a la cuarta parte del electorado, no apreciaron que en la reforma del sistema de salud se considerara el reembolso de los gastos en métodos anticonceptivos. El mismo cardenal manifestó ruidosamente la hostilidad de la Iglesia Católica, a nombre de la libertad de conciencia, y 43 instituciones católicas presentaron una demanda.
Pero también hay católicos de izquierda que apoyan la directiva, como el vicepresidente Joe Biden. Éstos consideran que los hospitales y universidades católicos no deben impedir que sus empleados musulmanes, budistas o judíos gocen de las mismas ventajas que los asalariados de otros establecimientos.
La discusión divide profundamente a los católicos.
En 2008, Barack Obama le ganó a John McCain en esta categoría por 54 contra 45 por ciento de los votos.
Según un sondeo Reuters-Ipsos de principios de octubre, ahora la proporción es igual con Romney. Los demócratas no pierden la esperanza de la reconciliación e invitaron a monseñor Dolan a que diera la bendición final en su convención en Charlotte.
La cena de la fundación Alfred Smith se celebra en el salón de gala del hotel Waldorf Astoria. Para los presidenciales, el ejercicio consiste en lanzar las bromas preparadas por sus redactores de discursos con la ayuda de un profesional.
El buen tono exige que el orador se burle tanto de sí mismo como de su adversario, pero en ese sentido, Romney manifestó un serio déficit. Cuando mucho reveló el secreto de su preparación para los debates:
“Primero, no beber alcohol durante 65 años”. Pero reservó sus mejores flechas para Obama. Supuso que el presidente -como cantor del socialismo- estaría embelesado ante una asistencia tan pudiente como esa: “¡Tan poco tiempo y tanto por redistribuir!” ¿La baja del índice de desempleo? No es nada. “Eso quiere decir que estamos mejor que hace cuatro semanas”.
Según él, la prensa no es objetiva con él. “Si voy arriba en los sondeos, ¿qué es lo que leo? Obama lleva atraso. O esta cena, por ejemplo: ‘Obama recibe el apoyo de los católicos. Romney cena con los multimillonarios’”.
Barack Obama llegó al podio en medio de aplausos. “Siéntense, tomen asiento”, exhortó.
“No vaya a venir Clint Eastwood a querer gritarles a las sillas”. La fortuna del candidato republicano es una fuente inagotable de bromas: “Esta tarde fui a ver las tiendas del centro”, relató Obama.
“Según me dijeron, Romney fue a comprar algunas”. Pero tiene algo en común con Mitt Romney : sus nombres poco usuales. “De hecho, Mitt es su segundo nombre”, observó, para después decir en un suspiro: “Ya quisiera yo usar mi segundo nombre.”
Barack Obama se regocijó por su buen desempeño en el segundo debate. Él estaba bien descansado, es verdad, “después de esa larga y profunda siesta que tomé en el primer debate”.
Anunció que este lunes 22 estará dedicado a la política exterior. “Les voy a dar un adelanto”, advirtió.
“Les voy a decir el final: ya capturamos a Bin Laden”.
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