Tristeza e impotencia dejó en el país el desenlace trágico que tuvo el suceso que se presentó el miércoles en el municipio de Briceño, en el departamento de Cundinamarca.
El secuestro, por parte de un ex convicto, de algunos de sus familiares y al final la muerte de éste junto con su ex esposa, tras activarse una granada, fue un drama humano vivido en directo por el país.
Aunque el resultado final era previsible, por las extremas condiciones de violencia e inconsciencia del secuestrador, muchos esperábamos que se pudiera encontrar una salida negociada o neutralizar al sujeto armado con una maniobra de la Policía. Nos duele la forma como se perdieron esas dos vidas, que se esfumaron ante la espera impotente de autoridades, familiares y del país entero.
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