El Papa Benedicto XVI se pronunció este domingo por una mayor libertad religiosa en el Medio Oriente y afirmó que la paz "es posible y urgente", así como el mejor medio para frenar el éxodo de cristianos de la región.
Benedicto XIV ofició este domingo una misa en la Plaza de San Pedro para realzar la clausura del sínodo de obispos del Medio Oriente, que duró dos semanas y fue convocado para el análisis de la situación apremiante que viven los cristianos en esa región predominantemente musulmana.
El pontífice se refirió a la libertad religiosa como "uno de los derechos fundamentales que cada estado debe respetar siempre" y consideró que este aspecto debe ser tema de diálogo con los musulmanes.
En varios países del Medio Oriente existe libertad de culto, pero "es muy limitado en muchas ocasiones" el espacio concedido para practicarlo, agregó. La ampliación necesaria de este espacio garantizará la "libertad verdadera de vivir y profesar la fe personal", apuntó.
El éxodo de fieles del lugar donde nació el cristianismo fue uno de los temas principales del sínodo, en el que participaron unos 185 obispos de los ritos de las iglesias católicas Latina y Oriental procedentes de toda la región y la diáspora.
Además, se invitó a dos imanes y un rabino a que pronunciaran mensajes ante el sínodo.
La Iglesia Católica ha sido por mucho tiempo minoritaria y pierde cada vez más presencia en la región debido al conflicto, la discriminación y las dificultades económicas.
Benedicto XVI indicó que el desasosiego prevalece entre muchos cristianos en el Medio Oriente debido a las condiciones económicas de pobreza, "el desaliento, el estado de tensión y a veces el temor" en el que viven.
"La paz es posible, la paz es urgente", expresó el pontífice en su homilía. "La paz también es el mejor remedio para evitar la emigración (de personas) del Medio Oriente", agregó.
En su comunicado final emitido el sábado, los obispos solicitaron a Israel que acepte las resoluciones de las Naciones Unidas que demandan que ponga fin a su "ocupación" de territorios árabes.
Los obispos sostuvieron que Israel no debía utilizar la Biblia para justificar las "injusticias" contra los palestinos.