Las múltiples anécdotas que vivió de niño en el tradicional Festival del Burro aún dan vueltas por la cabeza de Carlos Peralta, aunque en San Antero le prestó más atención al balón de fútbol que a la tradicional fiesta de su pueblo natal.
Aprovechando al máximo la incipiente infraestructura de la escuela de fútbol en su lugar de nacimiento, Carlos se propuso ser un embajador más de esta población cordobesa. Cuando tenía 13 años de edad emprendió esa tarea.
"Unos amigos me ayudaron a trasladarme a Medellín y llegué al club Formantioquia, en el que me enseñaron muchas cosas y brindaron la oportunidad de jugar como delantero hasta que se dio el contacto con Envigado, donde empecé a hacer realidad mi sueño de ser uno de los primeros futbolistas profesionales de San Antero".
Así comenzó la aventura deportiva de este atacante de 1,80 metros y 23 años de edad que después de superar una lesión de ligamento y menisco entendió que "debía tomar la posta que me dejó Jéfferson Duque ". En la actualidad es el máximo artillero del Rionegro.
"Estoy feliz, porque con mis siete goles he contribuido para que el equipo sea protagonista del Torneo Postobón". Cuando se propuso aprovechar las palomitas -primero con el Envigado y luego con el Rionegro-, Carlos lo consiguió. Ahora esté empeñado en hacer historia para su pueblo convirtiéndose en el primero de San Antero en ser finalista de la Primera B.
La champeta ocupa buena parte de su tiempo de descanso que bien sabe aprovechar tal como se lo advirtió su madre antes de viajar a Medellín.
"Acá lo más duro son los viajes de casi 20 horas en bus cuando nos toca enfrentar equipos con sedes tan lejanas como el Unión Magdalena yendo hasta Riohacha; uno llega muerto físicamente, pero con la mente abierta y la motivación alta, porque la idea es demostrar que en este torneo hay talento y ambición".
Esa convicción es la que le ha servido a Peralta para anotar este semestre y ganarse la titular en el elenco que orienta Álvaro Hernández y que aparece como el único equipo que ha participado en las 24 temporadas del ascenso en Colombia.
Sabe que para seguir los pasos de sus ídolos Juan Pablo Ángel y el sueco Zlatan Ibrahimovic tiene que mantener el nivel y la efectividad que trae en este 2013 y lo pueden llevar a una institución de mayor tradición en el país para hacer realidad uno de los sueños que se propuso cuando salió hace una década de San Antero: "triunfar en Colombia y jugar en el exterior".
Carlos terminó bachillerato, es católico y bastante gomoso del play Station. Y lo mejor, tiene espalda, porque como él mismo lo reconoce, cuando no anota por capacidad, lo hace con la ayuda de la suerte. "El domingo pasado, un balón me pegó en la mano y entró para darle el triunfo al equipo ante los samarios". Esa energía es la que le hace pensar en que este año será diferente para el Rionegro que defiende hoy el liderato en los cuadrangulares semifinales del Torneo Postobón ante Unión en Riohacha.
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