Estos son los últimos días de Pilar Velilla como directora del Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe. En su mente y corazón hay una mezcla de sentimientos, de emoción y gratitud por la misión cumplida, y de tristeza por dejar ese lugar que hoy está convertido en todo un "cielito".
En 2005 lo visitaron unas 143 mil personas y el año pasado estuvieron por allí más de 2 millones 330 mil, ubicándolo como la entidad más visitada del país, comparada con jardines botánicos, museos y parques.
Hace cinco años recibió una institución que no era viable económicamente y que necesitaba intervención. Hoy, según su balance de gestión, es totalmente sostenible e incluso produce excedentes para reinversión, gracias a sus siete unidades de negocios. Un logro que ella atribuye a dos aspectos: "Uno, una voluntad política. La administración anterior que tomó la decisión de renovar no solo el Jardín sino toda la zona norte. Y dos, un equipo de trabajo idóneo, responsable y eficaz".
Además, la determinación de la Alcaldía actual de comprar la totalidad de la boletería permitió que se abriera gratuitamente a la comunidad, para convertirse en un sitio de puertas abiertas y punto de encuentro de calidad para personas de todos los estratos sociales.
"Lo más hermoso es que se logró que fuera apto para todos los públicos, no solamente en su condición de edad y de conocimiento. Pueden venir los que saben mucho de botánica y los que no saben nada. Es para todos, en igualdad de condiciones", expresó.
Su próximo reto será el Club el Rodeo, en donde comenzará actividades el próximo 17 de agosto.
