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Plazas de vicio son dolor de cabeza en Guayabal

EXPENDIOS DE DROGA son comunes en algunas calles del barrio Trinidad, Cristo Rey, La Colina y otros de la comuna 15 Guayabal. Para los habitantes, se constituye en la mayor dificultad de seguridad en la zona, que se extiende al suroccidente hasta los límites con Itagüí. Aunque no es la constante, los homicidios van en aumento.

  • Plazas de vicio son dolor de cabeza en Guayabal | Jaime Pérez | El parque de Cristo Rey, dinámico especialmente durante los fines de semana, es punto para compartir en familia y socializar. Los barrios de la comuna Guayabal crecieron a partir de los obreros que se situaron entorno a las primeras industrias de Medellín después de 1950. En los históricos tejares del sector se cocieron gran parte de los ladrillos con que se levantó Medellín.
    Plazas de vicio son dolor de cabeza en Guayabal | Jaime Pérez | El parque de Cristo Rey, dinámico especialmente durante los fines de semana, es punto para compartir en familia y socializar. Los barrios de la comuna Guayabal crecieron a partir de los obreros que se situaron entorno a las primeras industrias de Medellín después de 1950. En los históricos tejares del sector se cocieron gran parte de los ladrillos con que se levantó Medellín.
01 de agosto de 2011
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El toque de campanas se pierde en el bullicio, a una cuadra de la iglesia de Cristo Rey. La tranquilidad de la procesión de vecinos hacia el atrio contrasta con la frenética avenida Guayabal. Se respira diésel quemado por los buses y olor a marihuana, que se vende con arraigo en lugares que algunos vecinos distinguen como si se tratara de tiendas de abarrotes.

En la esquina de Los dos Faros sobrevive la historia del barrio en el recuerdo de los que atesoran los años vividos. El lugar que antaño los congregara para grandes espectáculos con mariachis y bebida ya no existe pero marcó para siempre esa esquina al lado del parque, donde surgieron varios negocios.

En una mesa de la panadería que conserva el nombre del célebre establecimiento de los 80, los amigos de tertulia hablan de días remotos, sin dejar de lado los actuales, entre sorbos de tinto y aromáticas.

-En este parque se vendían flores, porque esta era la entrada para Campos de Paz -cuenta don Venancio, sentado con un periódico bajo el brazo.

-La gente caminaba desde aquí hasta el cementerio, derecho por esta calle -recuerda Libardo, otro de sus compañeros en torno a la mesa.

Algunos de los hombres allí reunidos como lo hacen todos los días sin necesidad de ponerse cita, tienen el pelo blanco por completo, los que no lo han perdido ya.

-Eran buenos los negocios -cuenta a su vez don Jesús, rememorando los días de fama de Los dos Faros, mientras da vueltas a su bastón, que gira apoyado sobre el suelo como en un baile de los muchos que le tocaron allí-. Vivir aquí siempre ha sido bueno. Este es el pedazo de tierra más plano que tiene Medellín.

-Lástima lo de tanto vicio, que siempre ha habido -señala otro de los presentes al tiempo que acerca una silla desde otra mesa-. En ese tiempo era todo muy tranquilo y bailábamos que daba miedo.

-Nosotros sí, pero tengo un hermano en la casa que no lo calienta ni el sol. Ese lo que necesita es un ataúd porque nada le parece gracia -replica don Venancio. El comentario desata la risa de los demás, que saludan la nueva cara conocida en la conversación.

La muerte gana terreno
Guayabal está muy distante en cuanto a homicidios de aquellas zonas de la ciudad donde los violentos siembran su rastro de muerte con más frecuencia. Sin embargo, el sector muestra una tendencia contraria a la que lleva la ciudad según el más reciente informe del Instituto de Medicina Legal.

El primer semestre de 2009 fueron 23 las muertes violentas, la cifra pasó a 32 en el mismo periodo del año pasado. La primera mitad de este año, van 39 homicidios lo que representa un incremento de más del 20 por ciento.

Aunque el homicidio no es tan frecuente como en otras zonas de la ciudad, los habitantes tienen fresco el recuerdo de la masacre de San Rafael, ocurrida el 11 de marzo, cuando sicarios abrieron fuego en el segundo piso de un inmueble de la carrera 52 con calle 8B Sur, dejando cuatro personas muertas y cinco más heridas.

En su momento el general Yesid Vásquez Prada, comandante de la Policía Metropolitana, atribuyó los hechos a una vendetta criminal. De acuerdo con la información que ofrecieron las autoridades sobre el hecho, en el lugar se reunían integrantes de la banda "La Unión".

Solos con la vuelta
En boca de vecinos de la zona cobran vida los listados de las autoridades cuando señalan la presencia de delincuentes de los combos La Licorera, La 68, La 24, El Bolo, La Colinita, Los Cocos (o Los Coquitos), Alex Piña y barrio Antioquia.

-En esas partes hay asaltos al comercio y enfrentamientos por extorsiones y vicio. Por eso hay como fronteras de una cuadra a la otra -cuenta un vendedor informal en plena carrera 52.

-Se han ido matando entre ellos porque quieren que quede uno solo con la vuelta.

Son más de las once de la mañana y el hombre, de pie, con sus productos al lado de un semáforo de la avenida Guayabal, se limpia la frente, tiznada ya por el paso de tantos carros.

-Pero es mejor no hablar mucho de eso -recomienda.

Andando con cuidado
Los vecinos ubican también focos de inseguridad en la zona limítrofe con el municipio de Itagüí. Son casi generalizadas las recomendaciones de cautela para quienes se encaminan a estos barrios. Más si se trata de un extraño.

-Mejor no se meta a La Colinita si nada se le ha perdido allá -sentencia un taxista, detenido un momento a un costado del parque de Cristo Rey, mientras se fuma un cigarrillo.

Problema que no se apaga
La mayor concentración de plazas de vicio, lo que más afecta la tranquilidad en el sector según habitantes la comuna, se ubica en las calles del barrio Trinidad, más conocido como barrio Antioquia. Tradicionalmente esta zona se ha caracterizado por ser uno de los mayores nichos para la distribución de marihuana, bazuco y clorhidrato de cocaína.

Lo saben los consumidores, los vecinos del suroccidente, los viejos en la panadería Los dos Faros y las autoridades, sin embargo, el problema persiste.

Dos policías patrullan en moto la zona. Desde el parque cruzan la avenida y se internan a lo lejos por una calle donde varios vecinos señalan la existencia de expendios de drogas.

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