En el Museo de Ciencia en Londres se exhibe una máquina bautizada como Rex y que pretende semejar el funcionamiento de un ser humano. Sus órganos, tejidos y miembros fueron creados en laboratorios científicos. Incluso su sangre es sintética, de nanopartículas.
Podría ser el primer hombre biónico. Parece un asunto de ciencia ficción, pero es una realidad científica y el funcionamiento de ciertos órganos artificiales causa asombro.
Muchas de las tecnologías allí incorporadas, particularmente prótesis, en un futuro contribuirán a mejorar la vida de las personas, pero de momento no pasa de ser un experimento y materia de exhibición para mostrar que la tecnología puede fabricar ciertas partes, pero es prematuro saber si de un laboratorio podrá salir un ser humano, particularmente en lo que tiene que ver con una vida propia y procesos mentales para regir sus acciones.
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