El presidente peruano, Alan García, inauguró ayer un importante proyecto gasífero, luego de que el sector energético sufriera un duro golpe por un escándalo de corrupción que provocó la renuncia de su gabinete y afectó aún más su baja popularidad.
García prevé tomar juramento hoy al nuevo gabinete de ministros encabezado por Yehude Simon, un político de izquierda con el que busca neutralizar la oposición.
El escándalo se desató por la difusión de audios en los que un alto funcionario pactaba con un militante del partido oficialista favorecer a una empresa noruega en la concesión de lotes para la explotación de hidrocarburos.
Según una encuesta del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica de Perú difundida ayer, tan sólo un 23 por ciento de los peruanos aprueba la gestión de García, la cifra más baja desde que inicio su gobierno en julio de 2006.
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