En estos días de oleadas de calor intenso y cuando se anuncian bajas en los embalses, vale la pena hacer una reflexión. Da ira y hasta tristeza ver la manera como se desperdicia el agua, especialmente lavando los carros. Mientras se echa jabón o se está limpiando el interior, es común ver la manguera a un lado con la llave abierta y el agua corriendo por toda la calle. Igual sucede al lavar los platos, cucharas o vasos, mientras se enjabonan. El llamado es a no desperdiciar tan codiciado líquido, cuando el calor de estos días nos indica lo que podría suceder en el futuro.
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