El presidente turco pidió este miércoles diálogo con los manifestantes legítimos después de que la policía antidisturbios desalojara una plaza de Estambul, que fue el escenario de dos semanas de protestas contra el primer ministro Tayip Erdogan.
Abdullah Gul, que adoptó un tono más conciliador que Erdogan durante la revuelta, dijo que la obligación del Gobierno era escuchar a los críticos, pero pareció cerrar filas con el primer ministro, afirmando que las protestas violentas eran un tema diferente.
Erdogan, que ha calificado a los manifestantes de "chusma", tenía previsto reunirse con un grupo de figuras públicas para abordar la crisis, que comenzó como una campaña pacífica contra los planes de construir en el parque Gezi, cercano a la plaza Taksim de Estambul.
"Si hay personas que tienen objeciones (...) hay que abrir un diálogo con estas personas, escuchar lo que dicen es sin duda nuestra obligación", dijo Gul a periodistas.
"Aquellos que emplean la violencia son algo diferentes y tenemos que distinguirlos (...) No debemos dar a la violencia una oportunidad (...) Esto no se permitiría en Nueva York, ni en Berlín", dijo Gul durante una visita a la costa del mar Negro.
Los policías antidisturbios se enfrentaron con grupos de manifestantes durante la noche, despejando Taksim.
Al amanecer, la plaza estaba repleta de restos de las barricadas desmanteladas, pero los taxis la cruzaban por primera vez desde que comenzaron los problemas. Varios cientos de personas permanecían acampados en el parque Gezi.
Solidaridad Taksim, un grupo que aglutina a los manifestantes, dijo que la delegación que se reunirá con Erdogan no era representativa y que el encuentro era poco más que simbólico.
"Si Solidaridad hubiera hablado con alguien de este grupo para compartir información, la reunión con el primer ministro tendría sentido. Ahora no lo tiene", dijo Bulent Muftuoglu, destacada figura de Solidaridad y miembro del Partido de los Verdes de Turquía.
Protesta de abogados
Cientos de abogados ocuparon la entrada del Palacio de Justicia de Estambul, coreando consignas para protestar por el arresto de sus colegas un día antes en una marcha en apoyo de las protestas del parque Gezi.
"Que dimita el fiscal", "Todo es Taksim, todo es resistencia", "Codo a codo contra los fascistas", gritaban los abogados, vestidos con la toga, algunos levantando el puño y otros aplaudiendo.
"La policía está interviniendo de forma ilegal contra los ciudadanos que ejercen su derecho democrático y constitucional a protestar", dijo el presidente de la Asociación Tribunal de Estambul, Umit Kocasakal, en un comunicado a la multitud.
La noche trajo algunos de los peores enfrentamientos desde que comenzaron los problemas. La policía lanzó gases lacrimógenos contra las miles de personas reunidas en Taksim, incluidos oficinistas que se reunieron después del trabajo, algunos con familias con niños.
La multitud se dispersó por las estrechas calles de la zona, volviendo un pequeño grupo de manifestantes violentos que encendieron hogueras y apedrearon los cañones de agua. La policía lanzó luego gases lacrimógenos, repitiéndose el ciclo hasta que el número de manifestantes menguó.
Estados Unidos, que ha defendido en el pasado la Turquía de Erdogan como ejemplo de democracia, expresó su preocupación por los acontecimientos en Turquía e instó al diálogo.
El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Guido Westerwelle, dijo el miércoles que el Gobierno turco estaba enviando el mensaje equivocado en casa y en el extranjero con su reacción a las protestas.
"Esperamos que el primer ministro Erdogan calme la situación, en el espíritu de los valores europeos y busque un intercambio constructivo y un diálogo pacífico", dijo Westerwelle.
Erdogan ha acusado a fuerzas internacionales, medios extranjeros y especuladores de mercado de alentar el conflicto e intentar minar la economía del único gran aliado musulmán de la Otan.