Para quienes no crean en los graves peligros que entraña el ser lo que llaman un hincha enamorado del equipo "de sus amores y de su alma", se pueden remitir a las declaraciones dadas por un fulano argentino cuando un periodista le preguntaba sobre lo que significaba el "equipo de su alma" para su vida y su cotidianidad. El sujeto, gesticulando y casi vociferando, respondió a quien le interrogaba: para mí, este equipo es más importante que mi mamá, que mis hijos y que mi esposa...
Es bueno que los padres, y todo el mundo, comiencen a pensar en el fenómeno deportivo, especialmente el futbolístico, que se ha convertido en algo tan aferrado al espíritu de las gentes que falta muy poco para que se convierta en la religión del siglo 21, si es que ya no lo ha llegado a ser. No sé hasta dónde sea bueno eso de los deportes llevados casi al misticismo ni cuáles los peligros que pueda traer, pero lo que se puede asegurar es que el fútbol consume una cantidad impresionante de tiempo y energía que bien podrían servir para algo menos peligroso a las gentes que se dedican a glorificar y casi santificar a sus ídolos.
De mis colegas periodistas sumidos en cuerpo y alma en los deportes, y sigo hablando del fútbol, me parece que van más allá de lo justo y de lo necesario cuando a cada uno de los componentes de esta fiesta del fútbol lo convierten en un semihéroe, semidios, y al fin de cuentas de tanto martillar, en semihombre.
PAUSA . El desencantado de la medicina respondió así cuando le preguntaron si había vuelto donde el médico: no, no he vuelto, ya está mejor con las bebidas que le receté...
OSCURA . Ni riesgos de tratar mal a los científicos, a los inventores, y en especial a los astrónomos que son quienes se dedican a mostrarnos cuál es el misterio este del universo, de su principio, su destino y su fin. Por mi parte hace rato dejé de preocuparme de estos misterios y secretos que guardan la historia y las estrellas. Me limito a recordar lo que le decía un buen cura a la señora que se confesaba y comentaba sobre las dudas que tenía de la Santísima Trinidad. Sálgase de esos berenjenales mi doña que eso le queda muy fondillón.
Pero mi ausencia de estas lides mentales, y específicamente científicas, no me prohíbe hablar un poco sobre lo que han llamado materia oscura y que está en todo el universo y que hasta el momento no han podido ni ubicar ni examinar. Lo simpático de este cuento cósmico es que los astrónomos dicen que la materia oscura está en todo el universo y salen a buscarla a lejanas galaxias. Ahora entenderán por qué razón me da un poco de risa lo que dicen los sabios.
Si está en todo el universo para qué buscarla en Plutón, Saturno o en lugares remotos. ¿Salir de casa a buscar el aire no es como un poco ridículo? ¿O es que los científicos nos quieren decir que nosotros, el planeta Tierra, no hacemos parte del universo? Esa materia bien la podrían buscar en algunos de nuestros más importantes cuerpos colegiados.
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