El viernes 11 de octubre de 2013, un día antes de la tragedia de la unidad residencial Space, el ingeniero Jorge Aristizábal Ochoa, diseñador estructural del proyecto, aseguró ante las cámaras de televisión que no existía ningún riesgo de colapso a pesar de las señales de falla en una de las columnas de la torre seis.
Pese a esas declaraciones, los residentes de la torre 6 evacuaron la edificación, la misma que en la noche del sábado, 36 horas después de las palabras de Aristizábal, se derrumbó causando la muerte de 12 personas, 10 que trabajaban en el refuerzo de la estructura, un residente de otra de las torres que se encontraba en el sótano de parqueaderos y un vigilante que falleció el pasado 14 de enero tras varios meses de hospitalización.
De Aristizábal muy poco se ha sabido desde entonces y a través de terceros se ha negado en varias oportunidades a ofrecer una declaración pública sobre el caso. Lo mismo ocurrió en la audiencia de imputación de cargos que se realizó este martes cuando abandonó la diligencia sin responder los interrogantes de periodistas y familiares de los afectados en el colapso de Space.
Varias llamadas y visitas a su oficina con el objetivo de conseguir una declaración, sumadas a lo dicho por miembros de su familia y por empleados de una de las empresas registradas a su nombre, Halcones de San Diego S.A., confirman que Aristizábal siguió ejerciendo su actividad como ingeniero estructural.
A pesar de su silencio, e incluso antes de que finalizara la recuperación de los cuerpos que quedaron sepultados bajo los escombros de la torre seis de Space, ingenieros, arquitectos y en general personas cercanas al gremio de la construcción empezaron a formular hipótesis sobre las causas del colapso. Entre ellas tomó fuerza la posibilidad de se tratara de una deficiencia en los diseños estructurales, la parte del proceso constructivo a cargo de Aristizábal.
Esa posibilidad se ratificó con las conclusiones que se conocen hasta el momento de los estudios de la Universidad de los Andes que confirmaron el incumplimiento de las normas de sismo resistencia y señalaron errores en los cálculos. Algo similar a lo afirmado en la audiencia en que la fiscal seccional 80 de la Unidad de Vida de Medellín imputó en contra de Aristizábal el delito de homicidio culposo, el mismo que no aceptó, pues de acuerdo con el ente investigador el ingeniero "elaboró un diseño sin cumplir por lo estipulado por la ley y la estructura no era capaz de autosoportarse".
La hoja de vida de Aristizábal
Jorge Aristizábal Ochoa, según la mayoría de personas del gremio de la construcción consultadas por este medio, es un genio matemático, pero al mismo tiempo tiene una "excesiva confianza en sus conocimientos".
Su hoja de vida reposa en los archivos de una acción popular que cursa, sin haber sido resuelta hasta el momento, en el Juzgado Noveno Civil del Circuito de Medellín en contra de la constructora Santa Paula S.A. y varios particulares, incluyendo a Aristizábal como diseñador estructural, por el supuesto incumplimiento de la normatividad de separación sísmica en la construcción del edificio Balcones de Santiago, en el sector de Conquistadores.
Según ese currículo, Aristizábal Ochoa se graduó como ingeniero civil de la Universidad Nacional en 1976 y, en 61 páginas, referencia más de 1.800 proyectos ejecutados entre 1981 y 2007. Ese listado contempla los diseños estructurales de viviendas, unidades residenciales, empresas, universidades, colegios, centros comerciales, moteles, entre otros. Están ubicados principalmente en Medellín y en otros municipios de Antioquia como Caucasia, El Carmen de Viboral y Rionegro, pero también en por lo menos otras nueve capitales: Bogotá, Cali, Bucaramanga, Tunja, Pereira, Cartagena, Montería, Neiva y Barranquilla.
Entre esos proyectos se encuentran por lo menos 30 para empresas como Lérida, Calamar, Vifasa y Acuarela, todas del Grupo CDO. Incluye desde pequeños cálculos para la instalación de vallas publicitarias, hasta los diseños estructurales de obras como Space, Colores de Calasania, Bosques de San Diego, Altos de El Poblado, San Miguel del Rosario, entre otros.
Aristizábal también asegura en esa hoja de vida que cuenta con 10 programas informáticos “probados y de propiedad exclusiva” para el desarrollo de diseños estructurales. Uno de ellos, llamado LLOSA2M, según la descripción que incluye el texto, “revoluciona el diseño de losas, por ejemplo losas hasta de 6.5 metros de luz se pueden hacer 20 cm de grueso, cuando un sistema tradicional en una dirección se diseña de 40 cm. Se obtiene grandes economías en concreto, acero y altura total del edificio” [SIC].
Para muchos constructores, académicos y algunos representantes de agremiaciones del sector en Antioquia, algunos sistemas de optimización de recursos son utilizados para implementar modalidades de remuneración basadas en porcentajes de lo ahorrado. El grupo CDO aseguró que en los diseños ejecutados por Aristizábal para sus obras no se utilizaron pagos de este tipo.
Ese sistema de optimización de costos no es una novedad en el sector de la construcción pero, según explicaron expertos consultados por El Colombiano, como Diego Restrepo Isaza, director del Isvimed, al llevar los diseños de las estructuras a sus límites se requiere mano de obra especializada para que un proyecto pueda desarrollarse con seguridad.
¿Qué es el diseño estructural?
El diseñador estructural o calculista "es un ingeniero civil que tiene conocimientos especializados, entrenamiento y experiencia en las disciplinas relacionadas con el análisis y diseño de sistemas que resistan las fuerzas y solicitaciones a que se ven sometidas las edificaciones", según la resolución 0004 del 28 de octubre de 2004 de la Comisión Asesora Permanente para el Régimen de Construcciones Sismo Resistentes.
Además, su trabajo "tiene por objeto la producción de las memorias de cálculo, planos, especificaciones y listas de materiales que permitan la construcción de la estructura diseñada de acuerdo con la normativa sismo resistente".
Es decir, el papel del ingeniero estructural consiste en elaborar los diseños que definen la cantidad, la ubicación y las características de elementos como las columnas, las vigas y otros componentes de la estructura, para garantizar que una edificación soporte su propio peso y las cargas a las que es sometida.
Polémica forma de remuneración de algunos ingenieros
La norma también establece que los honorarios que debe recibir el ingeniero calculista corresponde al 5,2 por ciento del costo de la estructura. Esa cifra se puede ver modificada cuando los mismos planos son utilizados en más de una edificación y de acuerdo con cinco grados de complejidad.
Sin embargo, Juan Carlos Vélez Cadavid, presidente de la Asociación de Ingenieros Estructurales de Antioquia, asegura que en muy pocas ocasiones se considera lo estipulado en esa norma en materia de honorarios: "Normalmente se cobra una tarifa de acuerdo a los metros cuadrados que tendrá la construcción, pero esa tarifa es muy variable. La idea era que esa resolución fuera obligatoria, sin embargo, tiene una palabrita que dice que es referente y eso se ha tomado para hacerle una vía de escape y prácticamente nadie la cumple".
Además, Roberto Rochel Awad, profesor del Departamento de Ingeniería Civil de la universidad Eafit, sostiene que "hay personas que minimizan la importancia de un diseño estructural y a veces ofrecen no cobrar si les dan, por ejemplo, la construcción o el control de calidad. Es como intercambiar beneficios, eso es muy común aquí en Medellín".
Uno de los mayores cuestionamientos que recibe el gremio apunta a los porcentajes del ahorro que recibirían algunos diseñadores estructurales por modificar la calidad y cantidad de materiales que requiere una obra. Según el docente Roberto Rochel esta modalidad "es voxpopuli en el medio".
Por su parte, Vélez Cadavid asegura que no se trata de una práctica extendida: "Son casos más bien excepcionales de ingenieros que le dicen a la gente: 'a usted ya le hicieron un primer diseño, si quiere yo se lo reviso y tratamos de bajar costos'". Agregó que si bien, a su juicio, no puede considerarse a priori que se trate de un procedimiento fraudulento, "esa práctica sí genera preguntas importantes desde el punto de vista ético".
Ante la aparente existencia de ese fenómeno, Eduardo Loaiza, gerente de Camacol Antioquia, sostiene que esa entidad no ha recibido reportes que le permitan asegurar que esos casos ocurren en Medellín: “En caso de hacerlo inmediatamente lo denunciaríamos como un hecho absolutamente irresponsable, pues claramente están definidas las normas con sus requisitos de diseño así como las obligaciones de los profesionales que las aplican”.
Sin embargo, Vélez Cadavid Vélez dijo a este medio que existen "ingenieros pendientes de qué diseños grandes surgen para entrar a sugerir que se pueden hacer por un costo inferior. Eso como mínimo es una afirmación temeraria porque requiere un análisis riguroso en su modelación estructural, no se puede hacer a ojo mirando un plano cinco minutos".
La posición de CDO
Pablo Villegas, gerente de CDO, negó cualquier vínculo de la constructora con modalidades de remuneración basadas en ahorro de materiales. Esto lo aseguró en una entrevista realizada a finales de 2013 a propósito de una publicación que reseñaba posibles inconsistencias en la construcción de Space.
Al ser consultado sobre si conocía versiones que señalan a Aristizábal de trabajar de esa manera, Villegas respondió: “No es cuestión de si yo sabía o no sabía, por lo menos conmigo nunca lo hizo (…) Ese no era el negocio de nosotros. No trabajábamos con él así, trabajábamos con una tarifa costosa, no era por barato. Jorge era de los calculistas costosos y no teníamos ese tipo de convenios”, dijo Villegas.
Agregó que la experiencia profesional de Aristizábal le ofreció la confianza suficiente para contratar con él los diseños estructurales de Space y otros proyectos: “Cuando uno tiene un calculista de ese renombre, que ha calculado más de cuatro mil proyectos, entre ellos está El Colombiano, entonces dígame qué tipo de inquietud le da a usted eso”.
Sin embargo, frente a los cuestionamientos éticos de estas formas de remuneración, Villegas respondió: “Esa es una apreciación suya, yo no puedo calificar que sea éticamente cuestionable, él lo que tiene es que cumplir la ley así te haga esa propuesta. Para vos sí, pero para mí no es antiética. Yo no soy estructural, ni la gente de la compañía es estructural, pero uno tiene por ley un procedimiento normal que es contratar un calculista y un revisor y después una curaduría hace revisión de los planos estructurales, yo estaba cumpliendo la ley”.
Aunque El Colombiano intentó conseguir una respuesta de Aristizábal, por medio de su familia y del personal de su oficina, reiteró su postura de no referirse al caso.