A la iglesia no le cabía ni un alma más. Los rionegreros, haciendo alarde del pueblo católico que han sido, salieron masivamente y con visible entusiasmo, a recibir al nuevo Obispo de la Diócesis Sonsón-Rionegro, monseñor Fidel León Cadavid Marín.
A la ceremonia, que duró un poco más de dos horas, asistieron cientos de personas, que traían sillas hasta la iglesia para no perderse el más mínimo detalle de lo que pasaba. Mientras duraba el acto protocolario, jóvenes y ancianos comentaban la llegada del nuevo pastor y aplaudían siempre que se mencionaba su nombre. A la hora de la eucaristía llegó el silencio y el respeto.
Antes del nombramiento, que ayer fue oficial, monseñor Fidel León Cadavid Marín oficiaba como Obispo de la diócesis de Quibdó.
Una comitiva de cerca de 10 personas procedentes de Chocó llegó hasta Rionegro para despedir a quien por nueve años estuvo con ellos.
El sacerdote César Augusto Pereira, párroco de la Catedral de Quibdó, sostuvo que quien llega al Oriente antioqueño es un gran hombre. "Es un pastor comprometido con los pobres y con los más necesitados. Tiene una visión muy linda de lo que es la iglesia".
A los 10 años de edad, el hoy monseñor se dio cuenta que quería servir a Dios. Por ese entonces estudiaba en UPB y decidió que quería ser un miembro activo de la iglesia.
Su regreso a tierras antioqueñas lo toma por sorpresa. "Yo no esperaba volver, pero esos son los designios que Dios tiene para uno, y es muy grato volver al Oriente antioqueño, donde es reconocida la gente por sus valores y la manera de llevar el cristianismo".
El nuevo Obispo se comprometió a seguir luchando por la vida, por la dignidad de las personas y a continuar por el camino de la evangelización integral. "Hay que continuar trabajando para que las comunidades sigan vivas en la fe. Nuestro compromiso es seguir con la misión de la iglesia".
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