La zona sur del Valle del Aburrá, como el resto del país, tiene una economía caracterizada por la alta participación de las microempresas, en muchos casos, actividades básicas y de subsistencia.
Así lo advierte el balance económico de la Cámara de Comercio del Aburrá Sur entre 1999 y 2008 e indica que la región sigue mostrando una buena dinámica empresarial, "pero con síntomas preocupantes en materia de sostenibilidad y crecimiento de muchas unidades microempresariales".
Doña Belky Yesset Vargas, una santandereana que llegó a esta tierra hace unos años, es una muestra de esa economía de subsistencia, pero tiene claro que cada día debe ofrecer calidad, higiene y seriedad en la entrega de sus productos para lograr la supervivencia de su negocio y el bienestar de su familia.
Vive en la Urbanización Altos de María, en Sabaneta, donde fabrica arepas rellenas de pollo, carne, jamón y queso (con un ingrediente o con todos a la vez), empanadas y otras viandas de la cocina santandereana, que vende, por encargo, para refrigerios en las empresas y en las cafeterías de algunas compañías.
"Primero vendo y después produzco y cobro de contado... Voy a la fija porque hago algo diferente", dice, haciendo cuentas de que, además del quinto crédito que tiene con Bancamía, de 3,6 millones de pesos, necesita otro, por unos 20 millones, para ampliar su negocio.
"Tengo que comprar una máquina para asar y una amasadora... Pero no me quejo, porque me han tratado muy bien en Bancamía".
También quiere cambiar la moto por una camioneta de reparto, tener más máquinas de producción y un local propio, para independizar el negocio de la vivienda.
La Cámara de Comercio del Aburrá Sur destaca que muchos emprendimientos son de perfil microempresarial "pero muchos de ellos fracasaron en el período en que se hizo este análisis del comportamiento económico de la región".
Emprendimiento sostenible
En el otro lado, una pequeña empresa, Procopack, da señales del emprendimiento empresarial sostenible que caracteriza al Aburrá Sur.
Diego Fernando Yepes, su gerente, destaca que los vasos y platos desechables que fabrica, con papel y cartón importados, son amigables con el medio ambiente (en contraste con los vasos de plástico e icopor) y señala las bases del crecimiento de esta empresa, fundada por él y varios socios, en 2005: calidad, cumplimiento y compromiso con los clientes.
Tiene planta en Sabaneta (Bodegas La Regional), genera empleo para 23 personas y, además de atender a sus clientes nacionales, exporta hacia El Salvador, Guatemala, Puerto Rico, Estados Unidos, Ecuador y Argentina.
Su capacidad de producción, de 5 millones de unidades por mes, le permite atender la demanda de sus clientes nacionales, que ofrecen bebidas frías o calientes. Entre ellos, Juan Valdez, Pastelería Santa Elena, Colcafé y Nacional de Chocolates, Dunkin Donuts y Auto Snak, entre otros, aparte del potencial que presenta el mercado institucional, es decir, el consumo de bebidas en las cafeterías de las empresas, clínicas, bancos, universidades y otros sitios públicos.
Eso quiere decir que la capacidad actual la tendrá que aumentar en el corto plazo, y que deberá intensificar la investigación e innovación para desarrollar nuevos productos de la línea.
"Sí hay oportunidades y el mercado es creciente, pero debemos sortear muchas dificultades, entre ellas, las financieras", dice el empresario.
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