Hay cerca de 1.400 personas en Colombia que están esperando la llamada más importante de sus vidas. El teléfono puede sonar a las dos de la mañana y deberán estar listos para salir de sus casas en cuestión de minutos.
Ellos hacen parte de las listas de espera para trasplante de órgano. En ese listado hay niños y también adultos mayores, son gente de todos los estratos socioeconómicos, están en todas partes del territorio nacional. Son seres que dependen de que alguien haya hecho explícita su voluntad de ser donante de órganos.
El viernes se realizó en el mundo una jornada que celebra la voluntad del donante y alerta sobre la necesidad de que cada vez haya más personas que tengan claridad frente al tema.
El doctor Germán Lenis , coordinador del grupo de trasplantes del San Vicente Fundación, llama la atención sobre la necesidad que existe en Colombia de más riñones disponibles para un trasplante.
Este experto cuenta que en el país hay más de 18.000 personas en diálisis, es decir, con insuficiencia renal severa. “De ellos, el 80 o 90 por ciento son potenciales receptores de un trasplante pero tienen que esperar hasta dos años para entrar a la lista de espera del órgano. Esto ocurre a pesar de que está comprobado que la persona se mejora rápidamente con el nuevo órgano sin que tenga que esperar el deterioro clínico. Eso compete a las EPS, que deben entender que es mejor tener un paciente trasplantado que un paciente enfermo renal”.
El órgano que más se necesita en Colombia es el riñón. Otálvaro Osorio Correa , enfermero coordinador clínico de trasplantes del Pablo Tobón Uribe, asegura que uno de los grandes retos que tiene el sistema de salud en Colombia es bajar la cifra de enfermos renales.
“La insuficiencia renal va a ser un problema de salud pública a las vuelta de 10 años. Es una enfermedad de alto costo y no está enlazada a los programas de prevención. La principal causa de insuficiencia es la diabetes. Pero en el país hay mayor diagnóstico de esta enfermedad por causa desconocida que la que se produce por diabetes. Eso es preocupante, además, porque se trata de pacientes que no son controlados adecuadamente y se agravan con el tiempo”.
Lenis advierte que la dinámica de las listas de espera es muy relativa al sitio en el que se presenten los donantes. “Dependemos directamente de los donantes. En los sitios en los cuales la donación es bandera, como Antioquia, la espera para un trasplante no pasa de un mes y medio. Hay regiones en las que el paciente debe esperar mucho más tiempo”.
Antioquia es responsable del mayor aporte de órganos en el país. “Esta región tiene el un índice de donación de 32,1 por millón de habitantes. Eso se acerca mucho al nivel que tiene España que es el país con mayor número de donantes en el mundo”, dice Lenis.
Esto es positivo, pero también preocupante de cara a lo que ocurre en el resto del país. Otálvaro Osorio opina que promover la donación debería ser una política nacional.
“Sería bueno que todo el país tuviera el mismo nivel de Antioquia. En Medellín tenemos el 70 por ciento de los donantes a nivel nacional y en Bogotá no llegan al 10 por ciento”.
El principio es el de igualdad de derechos, sin embargo, por sentido común se aplica la territorialidad. “El donante es nacional, pero la idea es que si los receptores están en ese territorio tienen prioridad. Si no hay receptores se hace una oferta nacional. El año pasado se fueron 45 hígados a otras ciudades del país”, dijo Lenis.
Derribar el miedo y el mito
El Instituto Nacional de Salud reportó un incremento de 7,3 por ciento en el número de trasplantes realizados en el primer semestre del año respecto al mismo periodo en 2011. “Gracias a esto, la lista de espera para trasplante de órganos presentó una disminución de 2 puntos porcentuales, sin embargo, la lista de espera para tejidos, y particularmente para tejido ocular, sí se ha incrementado de forma importante en los últimos seis meses”.
Esto tiene que ver con los mitos que se han tejido frente al tema. Uno de los más fuertes es el del tráfico o comercialización de órganos.
La respuesta del INS es contundente: “En Colombia la ley prohíbe esta práctica y la tipifica como delito. Todo el proceso de donación y trasplantes es vigilado y coordinado por entidades estatales como el Instituto Nacional de Salud y el Ministerio de Salud. Por ser un procedimiento de alta complejidad, los trasplantes tiene que ser realizados en instituciones que cuentan con una infraestructura adecuada y con personal muy entrenado. La donación de órganos y tejidos es un acto altruista, en el cual el ni donante, si su familia, reciben ningún tipo de remuneración”.
Tampoco es cierto que luego del retiro de un órgano signifique una alteración en el aspecto del donante. “El cuerpo del donante no sufre daño ni deformación, la obtención de órganos y tejidos es realizada por especialistas”.
Caridad sin fronteras
Un aspecto que sigue generando controversias es el de trasplantar extranjeros en Colombia. Muchos se han opuesto a esta práctica y existe una clara legislación respecto al tema. El Colombia solo se trasplantan nacionales y, en circunstancias especiales, se interviene a un extranjero luego de haber descartado las listas de todo el país.
El doctor Lenis plantea una mirada solidaria frente al tema.
“No se le debería cerrar la oportunidad de sobrevivir a un ser humano porque no es de este país. Es un enfermo y tiene derecho. Los españoles, que son ejemplo, dan apoyo a otros países, como Bulgaria. Nosotros podríamos estructurar esto a nivel latinoamericano. ¿Por qué negarle la posibilidad a un niño boliviano o hondureño de tener el hígado o el corazón que necesita si acá tenemos los órganos y los grupos de especialistas? Partiendo de la base de que los nacionales están primero, el país puede . Eso hay que mirarlo desde la ética en la que fuimos formados los médicos”.
El INS responde a esta inquietud que en países como Ecuador, Argentina, Brasil y Venezuela prohíben el trasplante a pacientes extranjeros no residentes; lo cual responde a una tendencia mundial frente a la prohibición de trasplante a pacientes fuera de sus países de origen.
El debate está abierto y son muchos los especialistas que opinan que Colombia tiene conocimiento científico, voluntad médica y solidaridad con los países hermanos.
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