En la madrugada del pasado 6 de febrero y después de 14 meses de gestación, nació una danta en el Parque Zoológico Santa Fe de Medellín.
Hace muchos años que no se lograba un parto exitoso de esta especie en cautiverio, pero gracias a los programas de reproducción del zoológico que dirige la médica Marta Ocampo y su equipo de especialistas, se logró el feliz alumbramiento de una hembrita.
Para lograrlo se hizo mucho énfasis en el programa alimentario de la hembra madre, explicó el nutriólogo Yobany Alberto Muñoz Gaviria, al cual se le aportaron una serie de nutrientes con incremento en las proteínas y vitaminas.
Las dantas o tapires, como también se les conoce, son mamíferos herbívoros que se alimentan de arbustivos bajitos, frutas y semillas.
El cuerpo es compacto y la cabeza y cuello robustos, con el fin de facilitarles mejor el paso a través del denso follaje tropical. El pelaje suele ser muy corto y oscuro, y pueden llegar a pesar entre 220 y 300 kilos.
El nacimiento de una cría, que por demás resultó hembra, se considera un gran avance en la protección de esta especie que está en peligro de extinción.
"Su principal depredador natural es el jaguar, pero el hombre no se queda atrás y la caza excesiva y la destrucción de su hábitat los tienen en gran riesgo", anotó el biólogo Juan Pablo Gómez Cardona.
Explicó que la pigmentación de las dantas al nacer es diferente: la piel presenta una serie de motitas y rayas blancas en los flancos que le ayudan a mimetizarse mientras están pequeños. A medida que crecen la coloración desaparece.
No está sola
Casualmente en el mismo hábitat que comparten las dantas en el zoológico se encuentran los chigüiros que también están estrenando familia.
Una de las hembras dio a luz hace cinco días a cuatro hermosas crías y ayer, otra de ellas se encontraba en trabajo de parto.
Estos son los roedores más grandes del mundo y aunque se reproducen fácilmente, son muy perseguidos por el hombre por su exquisita carne.
Por su parte la familia de los tití pigmeo, los monos más pequeños del mundo, no se quedó atrás. Ellos, que viven en el centro de estos grandes mamíferos y roedores, en una isla que comparten con unas guacamayas, tuvieron dos crías que ayer acicalaban con las primeras horas de sol.
Si quiere conocer las nuevas familias no se pierda el próximo safari nocturno que realizarán el 25 de febrero.
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