Las barbas no juegan pero traen mística, cábala y, para los Medias Rojas de Boston, victorias que los tienen cerca de ser nuevamente campeones de las Grandes Ligas.
El equipo de Boston tuvo una temporada terrible en 2012. Y por eso, la directiva pidió un giro de 180 grados. Y allí fue que los jugadores se empezaron a dejar crecer sus barbas y el vello facial empezó a convertirse en un icono.
La idea nació en la pretemporada de los jugadores Mike Napoli y Jonny Gomes y comenzó a ser adoptada por otros compañeros a medida que los Red Sox fueron sumando triunfos.
El receptor David Ross recuerda que un día se recortó la barba, ya que le molestaba con la máscara que debe usar detrás del plato, pero cuando Napoli lo vio "puso una cara como si le hubieran matado a su mascota", dijo en una entrevista en MLB. Desde entonces no ha vuelto a tocar la tijera, algo que siguieron Jarrod Saltalamacchia, Dustin Pedroia, David Ortiz, Mike Carp y Shane Victorino. Ellos llevaron al triunfo 8-1 en el primer duelo de la Serie Mundial ante los Cardenales de San Luis. Anoche se cumplía el segundo partido en la casa de los patirrojos, mientras que la seguidilla continuará mañana, de visita.
De las ocho carreras, siete fueron impulsadas por los barbudos menos la que mandada al plato Xander Bogaerts, un chico de Aruba de apenas 21 años, que se ganó el puesto a mitad de la temporada, y es el único de los bateadores que no goza de barba. "Lo intento, pero no crece", dice.
En fin y aunque la barba no gana, ¿quién le lleva la contraria al mejor equipo de la temporada?.
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