Desde un principio, el Ministro ha mantenido la tesis de que, en vez de entregar subsidios que no generan mayor impacto productivo o de progreso social, resulta mejor dedicar dichos recursos a la creación de bienes públicos, como la investigación, la asistencia técnica, las vías terciarias, los sistemas de riego y drenaje, y la información.
El Ministro cita, como ejemplo de la ineficiencia de los subsidios, el caso del sector arrocero que tiene, a través del Incentivo a la Capitalización Rural (ICR), una disponibilidad de 10.000 millones de pesos para emprender proyectos de nuevas inversiones productivas en los predios y el cual no ha sido utilizado por los agricultores. Sin embargo, dice el Ministro, lo que estos sí hacen es quejarse de que los precios no son los adecuados.
Otro caso inaudito es el del cacao. Para este producto, que vive una coyuntura internacional de desabastecimiento de oferta y altos precios, los recursos públicos asignados en el presupuesto del sector están dirigidos a apoyar los "bajos precios" del producto y no a impulsar la renovación del área sembrada con variedades más productivas y resistentes a las enfermedades. Por tanto, como lo expresa el propio funcionario, "esa ayuda se va a perder".
Otra ineficiencia del sistema de subsidios se tiene en el caso del sector cafetero en el que, a través del conocido programa de Protección del Ingreso Cafetero (PIC), la ayuda se entrega indiscriminadamente, desconociendo el principio de la focalización del mismo.
El debate sobre la ineficacia y lo regresivo que resultan los subsidios en la agricultura viene de tiempo atrás y se presenta en diversas naciones del mundo, desarrolladas y en desarrollo.
Precisamente, en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se ha venido discutiendo este asunto.
Así, algunos países como Nueva Zelanda, que destinan una parte mínima de sus recursos a los subsidios, buscan la reducción de estos; otros, como Estados Unidos y la Unión Europea, los han reducido gracias a las presiones de los demás miembros de la Organización, aunque aún los mantienen altos.
Según el BID, en América Latina el país que tiene el mayor nivel relativo de subsidios es Colombia, muy por encima de otras naciones, como Brasil, Chile, Perú y Ecuador.
Esto implica que los recursos que se destinan a aquellas actividades que aseguran mayores productividades e ingresos a los agricultores colombianos son muy limitados.
Por ello no sorprende que el PIB agrícola crezca muy por debajo del producto total y que nuestra agricultura presente uno de los desempeños más pobres en Latinoamérica. En otras palabras, los subsidios agrícolas, antes que ayudar a impulsar el desarrollo del sector, han afectado sus fuentes de crecimiento.
La propuesta del Ministro de reordenar el gasto público rural es de gran trascendencia, pues más allá del reconocimiento explícito de que el sector rural debe ser parte de las prioridades del gasto público general, el progreso del campo requiere que dichos recursos se dirijan, preferencialmente, hacia aquellas actividades que generan el mayor beneficio social, como ocurre con los bienes públicos, y que reduzcan la pobreza y la inequidad.
SUBSIDIOS SE EVITAN SI HUBIERA UNA POLÍTICA CLARA PARA EL SECTOR AGROPECUARIO
Por RAFAEL HERNÁNDEZ
Presidente de Federarroz
Si hubiera una política clara para el sector agropecuario no tendríamos este problema de los subsidios. Los gremios no hemos sido amigos de los subsidios sino de la inversión en el campo. Si todos estos recursos que se ha gastado el gobierno en subsidios los hubiera invertido ordenadamente en infraestructura para el campo, creo que hubiéramos avanzado muchísimo, y esto tiene que ser el fruto de una política clara del gobierno, pero como no existe, tienen que salir a apagar incendios.
La plata se la gastan solucionando problemas coyunturales, sin atender los problemas estructurales que tiene el sector, por ejemplo, el manejo de los tratados de libre comercio.
A nosotros nos metieron a la fuerza en el TLC con Estados Unidos y cuando hay una importación masiva de arroz, el gobierno tiene que salir a parar la caída del precio con un subsidio. Por eso lo que pedimos los productores, en este caso los arroceros, es que tengamos una protección por un tiempo conveniente para lograr la competitividad que estamos promoviendo nosotros.
El Ministro dice que no quieren dar más subsidios, pero es que todos estos subsidios que le están dando al arroz, a los cafeteros y a otras dignidades de productores, fue negociado en la carretera, no con los gremios. Lo que los gremios estamos pidiendo es una política clara respecto a las importaciones desde Estados Unidos y de la región Andina.