Cuando el atleta Diego Colorado afronta una carrera en Antioquia, siempre sus dos hijos están en la meta esperando a que entre en el primer lugar para recibirlo con los brazos abiertos.
Y de hecho, el mejor fondista de Colombia, en medio del cansancio y con su cuerpo bañado en gotas de sudor, ha celebrado en repetidas ocasiones al lado de Emanuel, de 12 años, y María Paulina, de ocho, como también con Mónica Tangarife, la mujer que lo flechó y con quien tuvo sus retoños.
“Celebrar en compañía de los seres amados es algo más lindo”, indicó Colorado, quien aseguró que no ganar también lo ha llevado a entrar en conversación con sus pequeños.
“Como lo ven a uno vencer muchas veces, te preguntan, papi qué pasó. Entonces les explico que siempre no se puede ganar”, dijo Colorado, quien manifestó que el ser padre es una responsabilidad difícil pero gratificante.
“Me esfuerzo para darles lo mejor, para que tengan un buen estudio, para que no les falte nada, pero sobre todo para que crezcan con buenos valores. Quiero que cuando sean grandes digan que el padre que tuvieron nunca los defraudó”, dijo el vencedor de seis carreras en lo corrido del año.
“Rezarles en la noche, darles un beso de despedida es como un premio para mí. Mis hijos son mi razón de vivir”, dijo Colorado, el deportista del municipio de Jardín, que cuida a sus pequeños como un verdadero tesoro.