Cruzó la meta como una flecha. Alzó la mano izquierda en señal de triunfo y siguió rodando. No sabía qué hacer. Comenzó a dar vueltas, miraba para todos lados, como buscando a alguien, pero sin dejar de montar la bicicleta. Unos instantes previos, Andrea había tenido a su favor un embalaje fenomenal para ganar la ruta júnior infantil del Clásico EL COLOMBIANO-Indeportes Antioquia.
Allí estaba su padre, Javier Henao, conocido como el Mono Caloi, para recibirla y felicitarla. Y, además, para "echarle" una que otra flor, porque es el primero en creer que las condiciones de su hija, Andrea Catalina Henao Cárdenas, se deben, además del talento natural, a la genética.
Por eso recuerda que la madre, con dos meses de embarazo, se fue para Pasto para intervenir en una competencia. "Los dos competíamos, así que la pasión por la bicicleta viene por punta y punta", afirma.
Andrea celebró así el primer puesto, en este, su cuarto clásico. Cuando tenía 11 años, en 2008, participó por primera vez con la mala fortuna de que tuvo una caída. En 2009 ganó y el año pasado, llegando a la raya dejó de pedalear y perdió.
El Mono la entrena todas las mañanas, hace de 40 a 50 kilómetros, sin contar las idas a la pista, donde hace una de las cosas que más le gusta: medirse con el cronómetro, sacarle el mayor rendimiento a sus piernas. "Yo no debería decirlo -señala el orgulloso padre-, pero siempre comentan que tiene mucho futuro, que va a llegar lejos, y eso se debe a la disciplina y al amor que le pone a este deporte tan bello".
Para esta niña de 14 años es importante el triunfo, y las cifras así lo revelan: de 40 carreras en las que ha participado ha ganado en 35; pero lo mejor, lo que ella disfruta, es montar, como cuando un niño sale por la cuadra de su casa a disfrutar con sus amigos, sin la premura de la competencia.
Pico y Placa Medellín
viernes
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