Ese intempestivo, inoportuno rayo de luz que, ¡ay…, surgió de pronto cuando abrieron la puerta del viejo teatro de Jardín asustó una decena de murciélagos que dormía en el oscuro y silencioso vientre a pleno mediodía. En bandada, fueron volando a buscar oscuridad en los sitios más internos.
Situado a una cuadra del parque principal, ese teatro, clásico como pocos, está en ruinas. Y cerrado, desde 1998.
Al encender la luz eléctrica -para colmo del infortunio de esos desgraciados seres-, un espectáculo de desolación se abrió ante nosotros. Pocas cosas son tan tristes como un teatro abandonado; es como la iglesia caída a pedazos de un dios olvidado.
Las cariadas paredes son de tapias y bahareque encaladas; su alto techo, de caña brava y tejas de arcilla, pero por dentro se ve vestido con un cielo de tablillas; los balcones y palcos son maderos ahora incompletos y soportan un polvo de siglos; el piso es de tablas con manchas de humedad; pilares de madera sostienen los balcones interiores.
Paredes, techos, balcones, palcos, taquilla, servicios sanitarios están a punto de caer.
El Alcalde, Álvaro Carvajal Ochoa, añadió que las maderas están podridas y hay problemas de aguas residuales.
Sin embargo, a pesar de los estragos que han hecho en esta vieja edificación el uso, la falta de mantenimiento y el mismo paso del tiempo, no fue difícil imaginar la majestuosidad de otros tiempos. Pocos son los teatros y menos aun en los municipios, que tienen esa estructura clásica.
No igual puede hablarse de la taquilla condenada y de los servicios sanitarios, estos a continuación de la anterior, sin forros de cerámica ni acabados, sino en cal como las demás paredes; no fue posible imaginar la higiene de estos.
Contó Norberto Agudelo, actor y presentador del canal comunitario de Jardín, que ese teatro fue construido en el decenio de 1940. Los propietarios de la empresa eléctrica del municipio, establecida allá desde 1912, dueños de esa edificación, decidieron techar un patio de un colegio y convertirlo en teatro.
La empresa eléctrica poseía unas edificaciones majestuosas, al punto que le alquilaba a la Administración Municipal, en la primera mitad del siglo XX, los espacios de sus oficinas porque la Alcaldía no tenía sede propia.
¿Volverá a servir?
Hay una buena noticia. Lo van a recuperar. Unos votan por su reconstrucción, aunque, por supuesto, conservando la arquitectura. Dicen que resultaría más económico que la restauración. Otros, en cambio, son partidarios de esta. Tal decisión depende de estudios técnicos.
Hace dos años, funcionarios de la Administración Municipal presentaron un proyecto a la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura. Se dijo entonces que la recuperación valdría unos 4.500 millones de pesos.
Habría que actualizar los precios, dijo Johan David Uribe Palacio, secretario de Gobierno y Desarrollo Social.
"El tema de la recuperación del teatro ha sido de varias campañas políticas, pero después se olvida -señaló Norberto-. Sin embargo, la actual Administración tiene una gran voluntad política y ya consiguió recursos para adelantar las obras, creo que esta vez sí, la recuperación del teatro será realidad".
Hace dos meses, la ministra de Cultura, Mariana Garcés, vivió la escena de los murciélagos volando cerca de su cabeza. Penetró en el viejo edificio y prometió que habría de ser restaurado durante su período ministerial. Aseguró de entrada 1.500 millones de pesos para esa acción, aunque de la vigencia 2014.
El Alcalde indicó que ya hay otros 1.500 millones de pesos para la obra, procedentes de la Red de Municipios Patrimonio, de la que Jardín hace parte desde el año pasado, los cuales fueron prometidos por el Ministro de Industria, Comercio y Turismo, Sergio Díaz-Granados.
También habla de otra suma igual, prometida por el representante Germán Blanco.
Por fortuna, todo parece indicar que los trabajos de recuperación del teatro de Jardín van a ser verdad y no muy lejos en el tiempo. Porque, de lo contrario, ratones, arañas y murciélagos estarían a punto de reclamarlo n
"Uno de los orgullos de los jardineños es que en su teatro cantó Alfonso Ortiz Tirado, a mediados del siglo XX".
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