Son las siete y media de la mañana. Alonso Salazar, el periodista que hace poco menos de un año es el alcalde de Medellín, está al fondo del café OMA del aeropuerto Olaya Herrera. Lee con asombro un libro: Camorra, de Roberto Saviano. No se puede evitar la relación. Hace algunos años él escribió un libro parecido, sobre la mafia y el terror que producía en la sociedad: No nacimos pa' semilla.
Pero hoy es otro cuento. Salazar, el alcalde, termina un año difícil en el que se pasó la mitad defendiéndose de acusaciones, peleando con desmovilizados y sacando adelante un Plan de Desarrollo que muchos califican como uno de los mejores del país. Afirma que se siente solo en la lucha contra el crimen organizado, que Jorge Melguizo es un hombre valioso para la ciudad y que el beso en la mejilla de Juanes lo hizo en representación de las 142 mil personas que vibraron de emoción ese viernes 19 de diciembre.
¿Cómo le ha ido a Alonso Salazar, el periodista, en este año en la Alcaldía de Medellín?
"Este año ha tenido dos facetas. Una fue la gestión administrativa donde creo que ganamos el año. Ahora, desde la gestión pública fue un año muy turbulento, de muchísimo aprendizaje, un año en el que hice un doctorado emocional. Enfrenté cosas para las que no estaba preparado, en especial una forma de oposición bastante radical con métodos no muy convencionales, que le han hecho daño a la ciudad y de las cuales empezamos a sobreponernos solo en el segundo semestre. Además creo que esos métodos no van a desaparecer, es un plan diseñado a cuentagotas para hacerle daño a la figura del alcalde y que quiere golpear un proyecto político".
Analistas coinciden que el Plan de Desarrollo es uno de los mejores del país, pero parece que no arranca, ¿Qué ha hecho para decirle a la gente que Medellín no se está quedando rezagada?
"La ventaja de ese Plan, además de todos los componentes que tiene, es que se ha hecho por consenso, no solo en el Concejo, donde se aprobó, sino por un consenso social y hemos hecho la tarea. Se alcanzó el 97 por ciento de ejecución presupuestal, una cifra histórica para un primer año de gobierno. Mejoramos el sistema de atención en salud, se están dando citas a dos o tres días. Se inició la construcción de 1.700 viviendas de las 15 mil que tiene proyectadas esta administración. Estamos arrancando las obras de los Suramericanos. Además, salvamos las Empresas Varias de Medellín, que estaban a punto de ser intervenidas y las modernizamos con una flota de vehículos bastante completa. Creo que hemos hecho cosas muy buenas".
¿Qué tiene de especial el sector centro oriental de la ciudad para que su administración ponga uno de sus mayores esfuerzos en esta zona?
"La cuenca de la Santa Elena, es la cuenca histórica de Medellín. Historia que se inicia detrás del Pablo Tobón Uribe: Caicedo, La Toma, Buenos Aires, La Milagrosa están en el alma misma de la ciudad desde su nacimiento, pero también la Santa Elena es la cuenca de las grandes pobrezas. Si se sube quebrada arriba, la montaña está coronada una punta por La Sierra y la otra por el 8 de Marzo. Son zonas de extrema pobreza. Y nuestra filosofía es generar con estas obras un desarrollo económico, mejorar la redistribución de los espacios. El Parque Bicentenario y la centralidad del barrio Las Estancias serán los símbolos de la intervención, donde también vamos a borrar las fronteras que hace la quebrada con el parque lineal".
¿Qué tan real es el complot para sacarlo de la Alcaldía de Medellín?
"Los hechos hablan solos. Es evidente que hubo una campaña de desprestigio contra el alcalde, la famosa imagen del alcalde borrachito. Después de la detención de El Cebollero, yo he tenido más de 30 denuncias en la Fiscalía. Entre ellas, la famosa denuncia por secuestro. Tras esto vino la denuncia deque yo había recibido dineros o apoyo por parte de los reinsertados y con eso la carta de Don Berna, en la que no se dice nada claro. Son evidencias de lo que se está planeando y que, como dije, van a continuar. Pero eso ya está en manos de la Fiscalía y vamos a esperar qué pasa".
Lo de los homicidios, que fue el tema en el que se rajó en este año, ¿no se le dio un poco la razón al presidente Uribe de que en Medellín se maquillaban las cifras?
"Eso ha sido un poco injusto con la ciudad. En los años anteriores las cifras de homicidios eran manejadas por distintas entidades: Policía Nacional, Medicina Legal, la Fiscalía. Decidimos entonces unir esas cifras y dar un consolidado más acorde con la realidad. Yo sabía que las cifras aumentarían, pero me di la pela. Sin embargo, no era que estábamos maquillando las cifras sobre homicidios, sino que faltaba consenso entre las distintas entidades que manejan el tema. Otro asunto delicado son los reinsertados. Yo pienso que a Medellín lo han dejado sola. Tenemos ese problema, en gran medida, porque somos la única ciudad del país que ha trabajado de verdad con la reinserción de los desmovilizados de las autodefensas. Yo creo que necesitamos del Gobierno Nacional más reconocimiento sobre lo que hacemos y, con todo respeto, no venir a la ciudad y decir que no luchábamos contra el crimen organizado. No podemos olvidar que el ex comandante de la Policía fue retirado de su cargo y el ex jefe de Fiscalías está siendo investigado por tener nexos precisamente con esas organizaciones. Estamos solos, necesitamos apoyo, no recriminaciones".
Alcalde, en la percepción popular hay dos funcionarios que parecen restarle muchos puntos: Jorge Melguizo y Ricardo Smith ¿Por qué los mantiene?
"Lo de Jorge fue una desafortunada expresión que no debió decirla, que opacó una de las mejores Ferias de las Flores de los últimos años. Pero por esas afirmaciones no puedo sacar a un hombre que ha propiciado un desarrollo de la misma Feria de Flores, la feria de Navidad, el evento internacional del tango, el Congreso Iberoamericano de Cultura, o sea, son muchas cosas que no puedo obviar. Es un hombre valioso, que hizo un comentario que no debió. Frente a Ricardo, al tema del pico y placa le faltó socialización. Él es un hombre técnico que tenía esa respuesta después de hacer unos estudios muy completos. El problema con un hombre así es que no está buscando soluciones efectistas, sino una planeación seria a mediano plazo. Pero él tiene toda mi confianza y se van a hacer cosas importantes en los próximos años".
¿No le parece que fue un error cerrar la Regional para el concierto de Juanes?
"Definitivamente, no. Hicimos un comparativo entre cuánto ganamos y cuánto costaba. Tuvimos tres días de alta congestión por un lado, y por otra parte, la contribución al valor emocional de las 142 mil personas que estuvieron en el concierto. También, ¿cuánto vale ese concierto para la imagen de la ciudad? Juanes es uno de los mejores vehículos para mostrar a Medellín en el mundo. No me arrepiento de haberlo hecho y sí quedó la lección de que no tenemos un lugar para hacer un evento así".
Hubo algunos reversazos: el director del Área, el director del Simpad, la medida del Pico y Placa. ¿Le faltó firmeza?
"Son temas distintos. En la designación del director del Área, nos equivocamos, pensamos que una persona tenía todos los requisitos y resultó que no. Yo asumí la responsabilidad política del tema. Frente al director del Simpad, el que escogimos era perfecto para el puesto (Miguel Ángel Cardona), pero le faltaba una exigencia y entonces decidimos que lo hiciera Camilo, que ha cumplido con una labor excelente en uno de los años más difíciles por el invierno. Y lo del pico y placa fue un tema al que le faltó socialización. No se pueden tomar determinaciones sin consultar a la ciudadanía, pero fue curioso, porque mucha gente me comentó después que la medida de un día era muy buena".
Vienen tres años en los que se va a jugar todo. ¿Medellín sí será más solidaria y competitiva?
"Yo creo que vamos a hacer cosas muy importantes, tanto en competitividad como en atención a la pobreza. Si logramos consolidar esos dos temas, que están unidos, yo creo que vamos a poner a Medellín en un lugar muy alto. Tengo un equipo excelente y sé que estamos en el mismo empeño".
¿Cómo fue lo del beso a Juanes?
"Era algo que no tenía pensado, en el momento. Yo no quería dar ningún discurso y se planeó que él dijera unas palabras, y que yo saliera. Pero lo que dijo de Medellín me emocionó mucho y sentí que representaba a las 142 mil personas que estaban allí y le querían agradecer ese gesto que hizo por la ciudad".
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