Mercedes Benz no es solo una marca orientada a los vehículos sedán de lujo, como muchos aún podrían pensar al asociar la estrella de tres puntas con los vehículos ejecutivos.
Su idea de lujo, confort y diseño también trasciende este esquema para llegar a los segmentos de los vehículos más agresivos, que pueden sortear dificultades en terrenos más agrestes en los que el asfalto brilla, pero por su ausencia. Aunque igual se comportan como perfectos automóviles cuando de rodar en la ciudad o en las autopistas también se trata.
En esta otra categoría que genera el diseño alemán se inscriben vehículos como los de la familia GLK. Esta es la SUV de entrada que ofrece la marca en Colombia.
Esta nueva generación de la GLK viene con un equipamento más amplio y completo que aquella que la antecedió unos años antes. También su diseño cambia un poco, sin perder la robustez y unas formas y aristas que aunque un poco suavizadas no pierden la característica de mostrar un carro con una figura robusta.
Así, no sigue la línea de otras SUV con un estilo más automóvil. No quiere perder su esencia de un carro que puede ser algo aventurero.
Su frontal es robusto, comenzando con la parrilla en la que el emblema de la marca en el centro roba la atención. Su capó con acabado en punta, que es típico en los modelos de la marca reafirma un carácter más aventurero. También llama la atención al acercarse al carro las líneas que cruzan su puertas marcando una cintura. Y atrás, con su forma casi en 90 grados, el gran portón, el conjunto óptico de gran tamaño y la doble salida de escape cromada que hacen parte de este renovado diseño.
Diseño interior
Adentro, su habitáculo es amplio, con un acceso fácil para sus ocupantes. Las sillas delanteras ofrecen una buena sujeción lateral y la posibilidad de ajustes en altura y longitudinales para encontrar la mejor posición de manejo. Las molduras cromadas de las salidas del aire acondicionado dan un toque de lujo al interior.
En este modelo, a diferencia de los lanzamientos más recientes de la marca, la pantalla multimedia no sobresale sobre el millaré sino que va integrada a este, una presentación a juicio de quien escribe, más estética que la pantalla tipo tableta que va encima del salpicadero en otros modelos de la marca.
Para quien maneja el carro los aspectos de visibilidad son óptimos tanto por la posibilidad que ofrece la gran ventana del portón trasero y un buen tamaño de los retrovisores laterales externos.
Además, maniobras como la reversa o el parqueo se facilitan con la cámara que ofrece visión incluso superior para un control más completo. Además, los sensores de punto ciego también son una ayuda, especialmente con el actual tráfico de motocicletas, para evitar posibles colisiones o contactos con estos vehículos.
En la ruta
La versión probada por El Colombiano, por invitación de Autogermana, es un motor diésel de 2.143 centímetros cúbicos biturbo con una capacidad de entregar una potencia máxima de 168 caballos de fuerza a 3.000 revoluciones. Y su torque, de 400 newton por metro, ya se percibe desde antes de las 1.500 vueltas del motor.
Con este comportamiento de torque, y la interacción con la caja 7 velocidades, el vehículo entrega un comportamiento marcado por el dinamismo. Su aceleración progresiva y lineal, sin saltos bruscos que incomoden la conducción y una reducción de revoluciones entre cambios muy baja, permite afrontar esos ascensos propios de la topografía del país de una manera relajada y tranquila, aunque también en su modo de manejo sport puede ofrecer una sensación de deportividad que no es común en este segmento de vehículos, con un desarrollo más vibrante en la marcha y una gestión de cambios más agresiva.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
