Un cielo azul, el aire fresco, las montañas. La vuelta a Oriente no es solo la mejor forma de cambiar de ambiente y recargarse de energía, es también, una invitación a degustar propuestas gastronómicas.
Para nadie es secreto que cuando se trata de degustar lo mejor de la cocina tradicional, Oriente es opción cercana.
Allí se pueden encontrar las bandejas paisas en todas sus versiones, empanadas, parrilla.
En pocos kilómetros, los antojos de comida montañera estarán más que satisfechos en El rancherito, Doña Rosa, Asados exquisitos, El encanto, Simón Parrilla, entre otros sitios.
Pero de un tiempo para acá, la oferta se ha ampliado. A la cocina tradicional de las abuelas, esa de fríjoles y maíz, se le suman ahora propuestas de otra índole.
Gracias al crecimiento de la zona, varios empresarios han encontrado en Llanogrande una posibilidad de nuevos negocios. Sitios como Crepes & Wafles y El Corral Gourmet ya cuentan con locales allí.
Los amantes de la buena mesa ya no tienen que venir a Medellín para encontrar variedad. O si no que lo digan los clientes de Mundos, La Pastizzeria y Nuquí.
Tres paradas
Comenzamos en Mundos, en las partidas frente al aeropuerto. Sus dueños tomaron una casa grande de más de 100 años y la adecuaron como restaurante.
Mundos es un deleite para todos los sentidos. Su ambiente campestre invita a comer sin afán.
Claro que los comensales tienen varias posibilidades. Pueden quedarse en una de las mesas de los corredores, un ambiente perfecto si se va en familia. Otra opción es la barra, en la que es posible sentarse a tomar una copa.
Para cenas más íntimas nada mejor que situarse en uno de los espacios interiores o si se prefiere algo más exclusivo, una cena en la cava rodeado de decenas de vinos -el restaurante ofrece 185 etiquetas- promete ser inolvidable.
Y en cuanto a platos, Mundos ofrece una selección de comida internacional. pastas, risottos, parrilla, comida cubana, brasileña. Las costillas BBQ son una de las especialidades de la casa.
La filosofía del lugar consiste en disfrutar del ambiente campestre, de la buena mesa y salir como nuevo. Esto sí que se logra, porque después de visitar Mundos, lo único que se quiere es regresar.
A unos metros, está Nuquí, un sitio que ya es emblemático en Medellín y que ahora funciona también en Llanogrande.
Es como si el colorido y el sabor del Pacífico se trasladaran a la planicie de Oriente. Porque aquí los comensales se pueden olvidar del eventual frío y sentirse como en la playa.
Los aromas y sabores de mar se disfrutan con intensidad en el arroz con mariscos, pargo rojo, cazuelas y el famoso sancocho tumbacatre -un nombre para el cual sobran las explicaciones-.
Después nos movemos hacia Rionegro y a pocos metros de Tutucán, aparece ante la vista La Pastizzeria.
Pastas con mariscos, carne, pollo, salsas. Pastas y más pastas y pizzas, lasagnas, claro está. Y hay un plato estrella que aunque no es italiano, es uno de los más pedidos: la cazuela antioqueña.
Con estas opciones, vale la pena volver a hacer la tradicional vuelta a Oriente, esta vez, para descubrir otros sabores con el sello gourmet.