Parece increíble que los jugadores y el técnico de una selección de fútbol de un país sean castigados y humillados por perder partidos y quedar eliminados de un Mundial.
Tras el recién terminado campeonato de Sudáfrica, los jugadores norcoreanos fueron humillados durante seis horas en una plaza pública y su entrenador fue sentenciado a trabajos forzados. Según las autoridades, el equipo "traicionó la confianza" del líder supremo, Kim Jong-il y tuvo una presentación "deshonrosa".
Si bien la Fifa anunció ayer que investigará las denuncias de maltratos a los integrantes de la selección coreana a su regreso del Mundial, no cabe duda de que las dictaduras administran una justicia muy particular y que hay países en el mundo donde las libertades están bastante restringidas.
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