Esa noche de 2004, lo único que pudo hacer Carmen * fue cerrar los ojos y aferrarse a Dios, mientras un grupo de ocho paramilitares abusaban sexualmente de su hermana, su prima y una amiga de la familia.
Hoy, cuando se cumplen casi 9 años de su tragedia, la agresión sexual no tiene una investigación. Hace parte de ese 98 por ciento de impunidad en el que según el último informe de Amnistía Internacional, terminan estos casos de agresión cometidos por los diferentes grupos armados.
Casos como el de Carmen y las pocas investigaciones referentes a los delitos sexuales en el conflicto armado, llevó a que la Procuraduría General de la Nación hiciera un llamado al Gobierno para "evaluar las políticas de atención a las mujeres víctimas y formular algunas recomendaciones".
En el informe se evidencian problemas que aquejan a las víctimas de esos delitos como el "aprovechamiento de la situación de vulnerabilidad por abogados privados, que les hacen firmar poderes para gestionar montos de reparación a que tengan derecho".
Además, se suma la poca atención psicosocial, de salud o de justicia a las víctimas, "y la falta de recepción de la denuncia penal cuando la agredida no conoce la identidad del victimario". Parte de esas razones sumieron a Carmen en el silencio. "Nunca denuncié, y más porque los hombres que hicieron eso me conocían y me amenazaban que si denunciaba la próxima sería yo", cuenta la mujer, quien llegó a vivir a un barrio encumbrado de Medellín.
El especialista en Conflicto Armado, Juan Carlos Acevedo, explica que después de la agresión, las víctimas, "sienten miedo para hablar por las posibles represalias o por una posible estigmatización al ser sobrevivientes de este tipo de atrocidades. Otra de las razones, quizá la más fuerte, es que no creen que su tragedia va a ser investigada eficazmente por las autoridades".
Apoyo del Estado
El día de la agresión, Carmen se quedó encerrada en un cuartico oscuro, lo más quieta que pudo, mordiéndose las ganas de llorar en los labios.
Días después pidió ayuda en la Personería de su pueblo. La respuesta no fue la esperada, "entonces dejé eso así".
Acciones como esta han llevado a que en el país una agresión sexual por los grupos armados no tenga tanta relevancia. En la entrega del informe de Amnistía Internacional, el investigador de esa entidad en Colombia, Marco Pollack así lo reseño al indicar que si no hay una investigación efectiva "las autoridades transmiten a los perpetradores el peligroso mensaje de que pueden seguir violando y cometiendo abusos sexuales sin temor a las consecuencias".
Para evitar esas acciones, la Procuraduría instó al Estado a generar la capacidad de registrar el número de víctimas de violencia sexual por año "la atención recibida, las acciones de investigación, juzgamiento, sanción y reparación".
La congresista Ángela Robledo señaló que en Colombia alrededor de 400.000 mujeres han sido abusadas sexualmente en el marco del conflicto armado, e insistió en que ninguna de ellas denunció, porque al igual que Carmen, el miedo les selló los labios y las obligó a un silencio del que duramente podrán salir.
*Nombre cambiado
Pico y Placa Medellín
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