Para Volkswagen en Colombia el modelo Jetta se convirtió en el estandarte de la marca. Aupado por las ventajas en precio que se obtienen por la ausencia de aranceles en virtud del tratado comercial del antiguo G-3 (hoy solo con Colombia y México), este vehículo se convirtió en un hit de la firma alemana en busca de consolidar una mejor posición en el mercado automotor colombiano.
Sus niveles de comportamiento en ruta hicieron del carro una opción muy apreciada por quienes buscan un auto amplio, cómodo en su interior y de prestaciones dinámicas de buen torque y potencia adecuada para la geografía local.
Y tras seis años de rodar en Colombia con buen suceso, la hora de la renovación le llegó a este modelo de la casa alemana. Una renovación que incluyó todos los aspectos del vehículo.
Claro está, dado el éxito de la versión anterior se mantendrá un tiempo más bajo la denominación de Jetta Clásico, y el remozado auto se ha denominado Nuevo Jetta.
Cambio extremo
El Nuevo Jetta presenta una línea de diseño moderna, con luces frontales y traseras que le imprimen un toque de elegancia, y que reflejan las últimas tendencias en diseño de Volkswagen. Sin dejar de tener la sobriedad y elegancia que la marca de Wolfsburgo le ha impreso al modelo Jetta ya conocido en el país, el nuevo carro tiene unos trazos que lo vuelven más contemporáneo, líneas más angulosas, con cortes precisos y mayor volumetría que le dan un carácter incluso un poco más deportivo que a su hermano mayor.
Por sus dimensiones, 4.6 metros de largo, 1.7 metros de ancho, 1.4 metros de alto y una mayor distancia entre ejes de 2.6 metros, la habitabilidad interior es agradable, amplia y cómoda para cuatro ocupantes adultos.
Los espacios de piernas, hombros y la altura son ideales incluso para personas por encima del promedio.
De prueba
EL COLOMBIANO tuvo la oportunidad de probar este nuevo vehículo durante varios días y kilómetros en Medellín y zonas aledañas, con el apoyo del concesionario Germania Motors, uno de los dos que componen la red de la marca en Medellín.
Uno de los cambios fundamentales se dio en su corazón propulsor. En su interior se aloja un motor de 2.5 litros, heredado el Bora- que ya no se ofrece más en el mundo-, que entrega una potencia máxima de 170 caballos de fuerza que se transmiten a las ruedas a través de una caja automática, tipo triptónica de 5 marchas y la posibilidad de manejo semimanual.
Este conjunto enfrenta con suficiencia las diferentes condiciones de ruta. Su desempeño en la ciudad es muy agradable por la agilidad que muestra y la versatilidad en la conducción. Incluso con un buen radio de giro pese a su dimensión de punta a punta.
Vía libre
En rutas un poco menos exigentes y en las que la máquina puede exprimirse a fondo el Nuevo Jetta ofrece una sensación de conducción muy agradable. Aunque su salida no es tan contundente, incluso puede ser un poco sosa, es solo un momento porque un par de segundos después, motor y caja comienzan un trabajo acompasado en el que el ritmo de la marcha sube de manera serena pero muy precisa y eficiente.
En el modo sport el manejo se torna un poco más nervioso con cambios marcadamente más rápidos y la dirección también se endurece un poco más para facilitar el control. Sí tiene el pecado de transmitir con un poco de exceso el sonido del contacto de las gomas al asfalto. Esto quizá por el perfil de sus llantas que no permiten un aislamiento tan efectivo de este sonido hacia la cabina del conductor y sus acompañantes.
Una suspensión cómoda y firme sostienen sin queja el auto en los giros, con el apoyo del control de tracción.
Sus frenos detienen el carro en una distancia prudente y operan bien incluso con una buena carga de exigencia.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6