Estados Unidos vio a Richard Nixon renunciar en 1974 a la presidencia, no tanto por su nexo con la trama de espionaje contra los demócratas en su sede de Watergate, como por sus esfuerzos para ocultar y silenciar el caso una vez la opinión pública lo empezó a conocer.
De forma similar, lo que saca a Pedro Pablo Kuczynski del máximo cargo en Perú no es tanto su vinculación con presuntos pagos ilegales de la constructora brasileña Odebrecht, sino los ‘Keikovideos’ publicados en los últimos días por la oposición fujimorista, que supuestamente evidencian sobornos del gobierno a los congresistas para que se abstuvieran de votar en la sesión que lo podría llevar a la destitución.
Pero debe quedar claro que Kuczynski no recibió sobornos durante los breves 21 meses de su mandato como presidente: las coimas por parte de la brasilera las habría recibido cuando se desempeñó como primer ministro y titular de Economía del Gobierno de Alejandro Toledo (2001 -2006).
De cualquier forma, es el caso Odebrecht el telón de fondo de su renuncia a la Presidencia de Perú, y se puede afirmar, sin lugar a dudas, que lo ocurrido ayer en Lima es la consecuencia más directa que ha tenido el enorme caso de corrupción internacional, toda vez que significa, por primera vez desde que fue revelado, el retiro de un mandatario en funciones.
Sobre este expresidente pesa una orden de extradición aprobada justamente ayer por el saliente PPK —quien fuera su ministro de Economía—, aunque se debe todavía lograr una circular roja de Interpol ante un expresidente que hoy es prófugo de la justicia.
De acuerdo con el fiscal anticorrupción, Hamilton Castro, la cifra recibida por ese gobierno fue de US$20 millónes.
Mientras que en otros países de la región el caso parece quedar en la impunidad, desde el principio fue claro que en Perú las instituciones no quieren enviar un mensaje equivocado sobre el imperio de la ley. Todos los mandatarios del país desde el fin del régimen dictatorial de Alberto Fujimori y el inicio de una nueva era democrática (2001), han sido procesados en mayor o menor grado por el caso.
Alan García (2006 - 2011), justo ayer pedía públicamente la renuncia de Kuczynski, sin reparar en que él mismo es investigado por este y tiene a varios exfuncionarios encarcelados.
Ollanta Humala (2011 - 2016) fue llevado a la cárcel de la Diroes el 14 de julio de 2017 junto a su esposa Nadine Heredia, al hallarse evidencia de que la pareja recibió sobornos de la constructora brasileña.
Por último, y según Rodrigo Cruz, periodista que cubre el caso Odebrecht en el diario El Comercio de Lima, Kuczynski, quien solo duró dos años en el cargo (2016 - 2018), “renuncia porque sabe que el Congreso ya tenía los votos para destituirlo. Quiso dar el mensaje de que no había pruebas en su contra por el caso, pero la verdad es que ya había caído en diciembre de 2017 en un desprestigio que hizo seguro para todos que no terminaría su mandato”.
Cruz recalcó que el escándalo de la constructora generó “toda una vorágine que nadie imaginaba. Pero queda mucho por venir, porque aún si PPK se convierte en el político que sufre el resultado más dramático, las cosas no acaban acá. Es probable que la investigación siga dejando resultados en su contra, mientras que se conoció que su esposa Mercedes Aráoz está prófuga de la justicia”