América Latina avanza a trompicones, más lento de lo que la población quisiera, en su proceso de vacunación contra el coronavirus. Los gobiernos esperan alcanzar la inmunidad de rebaño durante 2021. El reto de vacunar al 70% de la población en cada nación no se enfrenta solo a problemas de logística, propios de esta empresa en todo el mundo, la sombra de los malos manejos, la corrupción y la aparente debilidad de los Estados ya desata los primeros escándalos.
Los intentos de explicaciones y la apertura de investigaciones se suceden casi de forma idéntica en Argentina, Chile y Perú, siendo este último el caso más severo. Miles de vacunas se aplicaron a quienes no se debía, violando procesos de priorización (ver recuadros). Dos ministros de Salud ya renunciaron y la tensión social crece en medio de ambientes electorales.
“Esto ratifica una falta de institucionalidad. Ratifica la iniquidad y ausencia de transparencia”, señala Simon Flórez Montoya, profesor de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Eafit. “Es una confirmación de la debilidad de los Estados de la región. Esto deslegitima el proceso y tiene una afectación directa sobre la percepción de transparencia y confianza del ciudadano”.
Tanto Perú como Argentina tienen elecciones este 2021: el primero tendrá que elegir presidente el 11 de abril, tras unos últimos cuatro años de inestabilidad política en los que ha gobernado, en promedio, un presidente por año; Argentina elegirá su Congreso en octubre. “Es indudable que el manejo que le den a la pandemia tendrá un costo político”, señala Flórez. Una pregunta queda en el aire, ante un proceso de vacunación que parece avanzar de forma más normal y rápida en países europeos o en Estados Unidos: ¿La seguidilla de escándalos confirmaría una disposición cultural de Latinoamérica a la corrupción?
“Yo me niego a creer que esto sea un tema cultural”, responde Julio Burdman, Politólogo argentino, profesor de la Universidad de Buenos Aires. “Me parece que esto es algo muy humano que surge en situaciones de escasez. La diferencia entre América Latina y, tal vez, los países más desarrollados, es que acá hay menos vacunas y por tanto más incertidumbre y angustia”.
Según Our World in Data, una base de datos global ampliamente reconocida, hasta este 22 de febrero el top 5 de países u organizaciones supranacionales que más habían vacunado estaba liderado por EE.UU., con 63.09 millones (m) de dosis, seguida de China (40.52 m) y Unión Europea (26.60 m). En el sexto lugar aparece Brasil (6.95 m) y en el noveno puesto, Chile (2.89 m). La ansiedad crece, la escasez apremia y la paciencia es cada vez menor. Los “vacunagate” ensombrecen la región.