Sobre los hombros de María Inés Delgado, directora del periódico Panorama, de Maracaibo, estado Zulia, se soportó una responsabilidad que la llena de tristeza: darle un “hasta pronto” a la rotativa que la recibió en septiembre de 1990 cuando llegó a hacer su práctica profesional como periodista.
Tres décadas después, esa pasante que soñaba con informar para el servicio de su gente terminó siendo la directora de uno de los medios más importantes de Zulia, un territorio petrolero que vive entre los apagones de energía y el olvido del gobierno central.
A Panorama, el periódico que preside hace seis años, se le acabó el papel esta semana y se convirtió en el medio número 57 en apagar su rotativa en Venezuela por la falta de insumos para su impresión. Delgado ahora comparte la historia de este periódico venezolano en las páginas de EL COLOMBIANO.
¿Por qué salió de circulación Panorama?
“Hay una tormenta perfecta. La crisis es mucho más aguda en el estado Zulia debido a la situación eléctrica. Panorama tenía tres años y medio cuidando su papel como si fuera oro porque en el país no hay y no podíamos importarlo. Al final, la rotativa no pudo dar abasto para mantener el servicio sin electricidad y el papel se agotó”.
La última edición fue un “hasta pronto”.
“Llegamos a este penoso día con un hasta pronto que esperamos no sea un cese definitivo, sino un pronto regreso. No lo pensamos como algo inmediato, no está previsto así porque los tiempos no dan, pero tenemos la esperanza de que esta casa editorial, de 104 años, vuelva a circular”.
¿En 104 años hubo una crisis similar?
“En la dictadura de Juan Vicente Gómez Panorama estuvo ocho años cerrado y permitieron reabrirlo porque ofrecimos una edición del centenario de la muerte de Simón Bolívar. Vivimos la crisis económica de 1994 y el paro petrolero de 2002 que, al estar en una zona extractora, se sintió más. Pero esta es la crisis que más hemos sufrido porque sabíamos lo que iba a pasar, pero no cuándo”.
¿Estaban agonizando?
“Veías caer un medio tras otro. Cuando se acabó el impreso de El Nacional nos preguntamos qué más faltaba por cerrar. Sabíamos que la realidad no era ajena, teníamos que prepararnos para cuando nos tocara. Entonces, decidimos hacer una edición especial de despedida”.
¿El cierre evidencia la persecución del régimen a los medios?
“Por lo menos representa un menosprecio al papel vital que representa ante una democracia la libertad de información y el derecho de la gente a estar informado, el derecho de los ciudadanos a escoger, tener opciones, distintos puntos de vista y líneas editoriales”.
¿Qué sigue para Panorama?
“Vamos a continuar. Estamos abocados a hacer el trabajo que nos corresponde, incluso con mayor compromiso porque Zulia nos necesita tanto. Nuestra gente está pasando el momento más difícil de 200 años de historia”.
¿Considera que Zulia ha sido invisibilizada?
“Siempre ha habido una disputa porque no nos dan lo que corresponde. No es posible que Maracaibo reciba el trato de una aldea. Tiene 4 millones de habitantes, es la primera ciudad donde hubo electricidad en el país, la primera que tuvo una intervención quirúrgica”.
Es una paradoja, entonces, porque ahora es la más afectada por los apagones.
“Somos la ciudad de puerto más al norte, es el centro electoral más importante. El registro electoral de Zulia pesa y vale lo que vale en oro, tanto como su petróleo. Este trato que está recibiendo la segunda ciudad más grande de Venezuela es discriminatoria, pero como no pasa en Caracas, que es donde tumban y ponen gobiernos, tenemos esta realidad”.