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“¡Esto es infernal!”, aseguró Lázaro Díaz, un mensajero cubano de 59 años que duró 24 haciendo fila para conseguir gasolina. Y es tan solo uno de los millones de rostros golpeados por la crisis de escasez de combustible más prolongada que haya golpeado a Cuba en la última década.
En las calles de La Habana circulan cada vez menos automóviles y largas hileras de vehículos se extienden kilómetros alrededor de las estaciones de gasolina de esta capital. Son consecuencias directas de la crisis económica y social de la isla.
Además, cinco universidades, una en La Habana y cuatro de provincia, suspendieron clases presenciales esta semana por la contingencia energética, mientras que con el transporte público afectado, muchas personas que no pueden llegar a sus centros laborales volvieron al teletrabajo.
La empresa eléctrica pidió a usuarios mandar por correo el registro de sus medidores de luz, porque “la situación con el combustible” puede impedir a sus empleados “llegar a todos y cada uno de sus clientes” para hacer la lectura, según mensajes enviados a sus abonados.
Pero Lázaro es un trabajador independiente y dice que sin su motocicleta no pude generar el dinero que necesita para mantener a su esposa, hijos y hasta nietos. “No tengo combustible y así no puedo trabajar”, señala recostado en una pared bajo el sol intenso del mediodía.
Pero acostumbrados a la recurrente falta de gasolina, los cubanos afirman que esta crisis, iniciada a finales de marzo, es la peor.
Esto lo confirma Édgar Sánchez, un entrenador de voleibol de 43 años que no pudo acudir a trabajar porque su Lada soviético se quedó sin combustible.
“No somos productores de petróleo, dependemos del mundo”, dice en una cola en la que lleva 7 horas, lamentando que Cuba sea un país “bloqueado financieramente” por Estados Unidos desde hace más de 60 años.
A mediados de abril, el presidente Miguel Díaz-Canel –recién reelecto– admitió no tener “claro” cómo logrará “salir de esta situación”.
Según él, Cuba consume en la actualidad “menos de 400 toneladas” de combustible de las 500 a 600 que necesita diariamente.
Explicó que los países que suministran el crudo a Cuba no han cumplido con sus compromisos, porque enfrentan “una situación energética compleja”, sin mencionar a qué naciones se refiere.
Las autoridades adelantaron que las dificultades continuarán durante abril y mayo. “Vamos a seguir sacando combustible parcialmente” para evitar “cero en el suministro”, dijo Vicente de la O Levy, ministro de Energía y Minas.
Para Jorge Piñón, experto en política energética de la Universidad de Texas, las quejas del presidente están dirigidas a Venezuela, principal proveedor de Cuba.
El suministro de petróleo se desplomó en 2021 de 100.000 barriles diarios a cerca de 57.000 en promedio, una cifra que se mantuvo en 2022 y el primer trimestre de 2023, explica Piñón. Además, la isla produce unos 40.000.
Todo eso en medio de un parque automotor de unos 600.000 autos, para 11,1 millones de habitantes, y pese a que Cuba consume cinco veces menos combustible que naciones como Guatemala o República Dominicana.