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Día de vida o muerte para Evo y su ansiada reelección

Los casos de corrupción y la violencia utilizada por sectores oficialistas han perjudicado la imagen de un mandatario que podría sufrir una derrota hoy.

  • La violencia de los últimos días ha añadido malestar a una población cansada de los casos de corrupción.
    La violencia de los últimos días ha añadido malestar a una población cansada de los casos de corrupción.
  • El asesinato de seis funcionarios por parte de partidarios del gobierno en El Alto dejó dolor entre sus familiares.
    El asesinato de seis funcionarios por parte de partidarios del gobierno en El Alto dejó dolor entre sus familiares.
  • Ante el descontento, sectores oficialistas intentan defender al mandatario. FotoS reuters, afp y ap
    Ante el descontento, sectores oficialistas intentan defender al mandatario. FotoS reuters, afp y ap
  • La corrupción llevó incluso a indígenas como Rafael Quispe a protestar con huelga de hambre.
    La corrupción llevó incluso a indígenas como Rafael Quispe a protestar con huelga de hambre.
  • Toranzo afirma que “el movimiento por el No es ciudadano y esta vez no es liderado por una débil oposición”.
    Toranzo afirma que “el movimiento por el No es ciudadano y esta vez no es liderado por una débil oposición”.
  • Como muchos, Lazarte desconfía del conteo. “El Tribunal Electoral fue nombrado por Evo”. FotoS reuters y ap
    Como muchos, Lazarte desconfía del conteo. “El Tribunal Electoral fue nombrado por Evo”. FotoS reuters y ap
21 de febrero de 2016
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Hace un mes, cuando Evo Morales cumplía 10 años en el poder, casi nadie creía que su castillo podría desplomarse en cuestión de semanas, y menos a poco de que los bolivianos acudieran a las urnas a decidir si le permiten presentarse en campaña para aspirar a una segunda reelección.

La suerte parece ponerse en contra de quien detenta el poder, como si se tratara de la repentina caída de un imperio indígena milenario. Varios acontecimientos tienen al país en un estado de tensión, malestar y enfrentamiento que en los últimos cuatro días ha dejado seis muertos.

Desde el 22 de enero hasta hoy, día en que Bolivia decide en buena parte su futuro, el panorama impecable que veía Evo al mando de la nación se ha oscurecido para sus simpatizantes y se ha aclarado para sus detractores.

La noticia que cambió todo

Un escándalo de corrupción que, a diferencia de los anteriores, lo implica directamente, lo tiene contra las cuerdas. El pasado 5 de febrero, el periodista Carlos Valverde reveló, con documento en mano, que el mandatario tuvo en 2007 un hijo con Gabriela Zapata, actual gerente comercial en Bolivia de la empresa china Camc Engineering. No se trata de cualquier compañía. Lo más espinosos del asunto es que se trata de la principal proveedora del Estado, con contratos por más de 1.500 millones de dólares.

En este sentido, Valverde afirmó que Morales incurrió en tráfico de influencias a favor de dicha empresa, en vista de su relación con Zapata.

Morales tuvo que convocar poco después a una rueda de prensa en la que aceptó haber tenido un hijo con la empresaria, pero en la que negó favorecer a su compañía y afirmó que dio fin a la relación una vez el bebé Ernesto Fidel murió (2007). Asimismo, la mayor cantidad de contratos firmados entre ambas partes son previos al 2013, año en que Zapata asumió la gerencia.

No obstante, la posterior publicación de fotos que muestran juntos a los implicados, y que son posteriores a 2007 y 2013, pusieron nuevamente en duda la versión de Morales.

Desde que estalló el escándalo, la popularidad de Evo ha mermado y por primera vez en años, toma fuerza la posibilidad de que sufra su primera gran derrota política tras 10 años de llegar al poder.

Por tanto, entre el 22 de enero y el día de hoy esos acontecimientos han puesto, en buena parte, a las encuestas del referendo a favor del No. Una coyuntura a la que se refirieron, en diálogo con EL COLOMBIANO, expertos y politólogos desde La Paz.

“Durante los últimos años hubo muchos casos de corrupción, pero nunca alguno de estos había afectado directamente al mandatario. Ahora resulta que con una expareja suya, con quien tuvo un hijo, ha ejercido fuerte tráfico de influencias, beneficiando a una empresa china con contratos por más de 1.500 millones de dólares”, dijo Carlos Toranzo, economista, académico y analista político boliviano.

“A eso se suma que el ‘gran intelectual’ del régimen, el vicepresidente Álvaro García Linera, tuvo que aceptar que no tiene título universitario y aún así fue docente de la Universidad Mayor de San Andrés (Umsa). Todos esos casos están generando la sensación de que puede ganar el No”, agregó.

“El clima es adverso y no se sabe con certeza que opción va a triunfar en el referendo, pero lo cierto es que es el peor momento del presidente Morales. Se encuentra muy irritado por todo lo que está sucediendo. No acaba las reuniones, se levanta y se va de ellas, dejando a la gente con los cubiertos en la mesa. Se ve que siente que hay una posibilidad de que el No gane”, aseguró.

Violencia agrava la situación

Para Jorge Lazarte, politólogo, docente y exvicepresidente de la Asamblea Constituyente de Bolivia, los más recientes casos de corrupción han hastiado a gran parte de la población, pero otros asuntos añaden mayor adversidad a las aspiraciones del oficialismo.

“Había un clima de malestar en el país en las últimas semanas. Se ha erosionado, con toda verosimilitud, la imagen del oficialismo, incluyendo al mismo presidente, por distintos escándalos. No obstante, lo ocurrido el miércoles es un hecho que se le ha escapado al gobierno, un error”, dijo.

Lazarte se refiere a la quema del edificio de la Alcaldía de El Alto, localidad cercana a La Paz, en manos de oficialistas. El ataque contra una institución controlada por la oposición dejó seis funcionarios muertos y decenas de heridos. Sembró además, tensión y enfrentamiento sobre el clima de malestar que hay en el país a poco de la votación.

“Hubo interpretaciones que apuntaban a que eso fue provocado intencionalmente para crear conmoción, y así forzar el aplazamiento del referendo. Yo no estoy de acuerdo con esa especulación, porque es un hecho aislado, aunque sí lo perpetró gente vinculada al partido de gobierno. Eso se suma al malestar previo, que ha hecho que en las últimas tres semanas el Sí empiece a bajar y el No a subir, revirtiendo la tendencia inicial. Eso está afectando anímicamente al gobierno, que se ve a la defensiva, cuando hace meses estaba a la ofensiva, en una campaña muy agresiva”, aseveró.

Para ambos expertos, el uso de la violencia solo afecta aún más la imagen del oficialismo y fortalece los llamados por el No, ante una fecha crucial para las aspiraciones continuistas de Morales.

Cifras e implicaciones

Así, en medio de esa compleja situación para el sector gobernante, las encuestas más optimistas vaticinan un empate, y la mayoría de ellas un triunfo del No a la segunda reelección de Morales.

“En todo caso, la cuestión del referendo no está cerrada porque hay 16 por ciento de indecisos. Pero es innegable que hay un clima en el país a favor del No. Esa ventaja se evidencia precisamente en la irritación de los oficialistas, que el miércoles quemaron la sede de la Alcaldía de El Alto”, advirtió Toranzo.

¿Pero qué implicaría para la izquierda boliviana un fracaso de Morales en el referendo de hoy? Para Lazarte, efectivamente, el castillo se caería de forma repentina. “Para el gobierno es una prueba decisiva para su supervivencia. Si perdiera, por un lado, sería la primera derrota política de Morales desde que está en el poder. Luego deja a su sector político con mucha incertidumbre, puesto que el presidente es la única fuerza de cohesión que tiene”, explicó.

“Fuera de Evo no hay propiamente estructuras que garanticen la permanencia en el tiempo del Movimiento al Socialismo (MAS). Hay una relación muy directa entre él y su base social de apoyo”, añadió.

“El hecho de que no tenga continuidad a futuro implicaría por tanto conflictos internos entre los distintos clanes del MAS, porque no son estructuras. Esas guerras intestinas no serían alrededor de la ideología, sino de los intereses que han emergido en los últimos años respecto a la distribución de recursos desde el poder”, argumentó.

Es hoy pues, que Morales y la izquierda se juegan el todo por el todo en Bolivia. De otra forma, no se podría si no confirmar el declive del denominado “socialismo del Siglo XXI” en la región, con el ocaso de uno de sus últimos exponentes.

Infográfico
Daniel Armirola Ricaurte

Salsero a ultranza. Volante de salida. San Lázaro me protege antes del cierre. Máster en Periodismo - El Mundo (España). Redactor Internacional - El Colombiano.

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