Este martes la presidenta de la Cámara Baja de EE.UU., Nancy Pelosi anunció el inicio de un juicio político, pocas veces usado en ese país (solo dos presidentes se han enfrentado a él), que podría dar con la destitución de Donald Trump como presidente. En la constitución del país norteamericano se conoce como ‘impeachment’ y acá le explicamos cómo funciona.
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Según se establece en esa carta política, un presidente en Estados Unidos “debe ser destituido de su cargo si es acusado de y condenado por traición, soborno, u otros crímenes o delitos graves”. La Cámara de Representantes, con 435 miembros, es la primera en dar vía libre al proceso. Allí el ‘impeachment’ tiene que ser aprobado por mayoría simple (la mitad más uno de sus miembros, es decir, 218), un paso que seguramente se dará pues los demócratas tienen allí 222 escaños.
Sin embargo, esta cámara solo es la encargada de dar vía libre al juicio. Tras su aprobación, el proceso se traslada al Senado. El presidente de la Corte Suprema de ese país preside el juicio, en el que los miembros de la Cámara de Representantes actúan como fiscales y los miembros del Senado como jurado. Al final, estos últimos darán su veredicto.
Para que un presidente sea hallado culpable en un proceso de ‘impeachment’, se necesitan el voto a favor de dos tercios del total de 100 senadores. Es decir, 62 tendrían que encontrar culpable a Trump, un hecho que además de parecer poco probable hoy, dado el dominio republicano en esa cámara (tiene 53 escaños, contra 45 de los demócratas y 2 independientes), nunca ha sucedido en Estados Unidos.
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Solo dos presidentes, antes de Trump, se han enfrentado a un ‘impeachment’. Ellos han Andrew Johnson en 1868, y Bill Clinton en 1998. En ambos casos el proceso inició exitosamente en la Cámara de Representantes, pero fue rechazado posteriormente por el Senado. En la presidencia de Richard Nixon, y tras el escándalo del “watergate”, el congreso comenzó el proceso de destitución, pero Nixon renunció a su cargo antes de que este llegara al final.
En el improbable caso de que Trump llegara a ser destituido por el Congreso, el actual vicepresidente, Mike Pence, tomaría el poder.
¿Qué probabilidades tiene de salir adelante?
Aunque la decisión de los demócratas abre un proceso jurídico, las motivaciones para hacerlo son políticas, analiza el profesor David Castrillón, de la Universidad Externado de Colombia. Para él, el ‘impeachment’ a Trump en las actuales condiciones políticas de Estados Unidos es un camino que no tienen ninguna posibilidad de prosperar en el Senado.
Entonces, ¿por qué lo inician?
“El propósito es mostrarse como una oposición que está haciendo algo. Los demócratas esperan que esto le diga a sus electores que tomaron cartas en el asunto. También desean afectar la imagen de Trump para un eventual proceso electoral”, dice Castrillón. El proceso de ‘impeachment’, sin embargo, puede también salirle caro al propio partido demócrata.
“No hay pruebas de que Trump haya cometido algún delito que propicie un proceso jurídico lo suficientemente fuerte como para lograr su destitución”, señala Castrillón. Así quedó demostrado tras las conclusiones del informe Mueller que si bien no declararon libre de toda sospecha al presidente de Estados Unidos, si dejaron claro que no hay pruebas suficientes que lo culpen.
“Este nuevo intento de ‘impeachment’ podría provocar una reacción adversa. El argumento de los republicanos podría ser que la persecución contra Trump, sin mayores argumentos, no solo afecta a su gobierno sino que pone en entredicho a todo Estados Unidos en un contexto internacional complejo”, finaliza el experto.