Mucho antes del anuncio del primer encuentro entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo ruso Vladimir Putin, el próximo 16 de junio en Ginebra, Suiza, ya había una creciente expectativa sobre cómo sería esa cita debido a la tensa relación entre ambos países desde el inicio del mandato del líder estadounidense.
Las tensiones se dispararon a mediados de marzo cuando Biden llamó “asesino” a Putin, por lo que Moscú llamó a consultas a su embajador en Washington, Anatoli Antónov, quien aún no ha regresado a su puesto.
Seguidamente, las órdenes del Kremlin y Washington de expulsar diplomáticos de sus respectivos territorios por asuntos como injerencia electoral y ciberespionaje aumentaron las diferencias, de ahí que el primer encuentro entre los presidentes, que ya sostuvieron una conversación vía telefónica en abril, sea de gran importancia.
Si bien, desde el Kremlin descartaron un “reinicio de las relaciones” como fue la postura del Gobierno de Barack Obama; la Casa Blanca, promotora del encuentro, explicó que ambos líderes abordarán “asuntos urgentes” y, aunque habrá desacuerdos, el objetivo es “restaurar la previsibilidad y la estabilidad” de la relación entre los dos países.
“Así es como funciona la diplomacia. No nos reunimos solo con la gente con la que estamos de acuerdo”, dijo Jen Psaki, portavoz de la Casa Blanca.
Temas a tratar
Para Rafael Piñeros, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Externado, hay escenarios de profunda desconfianza entre estas dos naciones, pues las aproximaciones de Putin con los cinco presidentes estadounidenses con los que ha sostenido relaciones, “no han creado un entorno seguro y dinámico”.
Pero, por encima de esto, explica el internacionalista, deben trabajar en temas en común, de ahí que la agenda de este primer encuentro se centre en tres temas.
“Explorar acuerdos de largo plazo sobre armamento nuclear, pues se tenían desde la Guerra Fría pero estos no se renovaron durante el Gobierno Trump”, explica Piñeros.
El segundo tema tiene que ver con las elecciones en Siria, las cuales han sido duramente criticadas por la comunidad internacional porque “no hay garantías ni condiciones de seguridad para que todo el mundo pueda ejercer este derecho”, agrega el experto.
El conflicto en Ucrania y el papel de Rusia, que se anexionó la península de Crimea en 2014 y lleva años apoyando a los separatistas del este de ese país, en el Donbás, donde en los últimos meses se han concentrado un gran número de tropas rusas, es otro de los temas que a Biden le interesa abordar y sobre los que Psaki ya adelantó que se va a “destacar el apoyo de EE. UU. a la soberanía y a la integridad territorial de Ucrania”.
La cumbre entre Putin y Biden se producirá al final del primer viaje al extranjero del mandatario estadounidense, quien tiene previsto viajar en junio a Reino Unido para asistir a la reunión del G-7 y luego se trasladará a Bruselas, donde participará en una cumbre de la Otan y en un encuentro con la Unión Europea