El león Simba y la osa Lula, los dos únicos animales que sobrevivieron en el zoológico de la ciudad iraquí de Mosul la invasión del grupo yihadista Estado Islámico (EI) y la ofensiva del Ejército iraquí, han sido evacuados a Jordania por la ONG Four Paws.
“Llegamos desde Erbil (Irak) y ahora estamos en Ammán, donde hemos sacado de sus jaulas a los animales Simba y Lula. Son muy valientes porque fue un viaje muy duro, pero gracias a dios ahora estamos en una zona segura”, aseguró desde Jordania el doctor Amir Jalil.
Jalil, que ha acompañado al león y a la osa durante todo su periplo, desde que salieron del parque zoológico, el pasado 30 de marzo, hasta que ayer llegaron a la capital jordana, cuenta que hace dos días dejaron atrás para siempre Mosul, después de pasar casi dos semanas retenidos en un control militar iraquí. Durante ese tiempo, los animales no pudieron ser sacados de sus jaulas, por lo que se convirtió en una odisea darles agua y comida.
Lea también: Cerca de 600.000 civiles huyen de Mosul tras los fuertes combates entre fuerzas iraquíes e islamistas.
A través de estos animales, podemos enviar “un mensaje de Humanidad y de amabilidad”, dijo Jalil, quien aseguró que en ningún momento pensó en abandonar a Simba y a Lula a pesar de las dificultades. “Muchos soldados me preguntaban por qué no simplemente los dejaba allí y me marchaba, que cuál era el problema, pero yo les decía que no, que hay que ser humanitario tanto con hombres como con animales”, declaró, antes de agregar que un “humano tiene la posibilidad de escapar, pero los animales no”.
Simba y Lula vivían en el zoo privado de Mosul, junto a otros 40 ejemplares, entre ellos otros leones y osos, también monos y aves tropicales. Pero el dueño del pequeño parque de animales resultó herido por los yihadistas durante los combates y los abandonó a su suerte, hasta que vecinos, primero, y la ONG, más tarde, se hicieron cargo de los dos únicos supervivientes.
Le puede interesar: Encuentran una fosa común del Estado Islámico con 500 cadáveres
Jalil cuenta que la madre de Simba, hambrienta, devoró a su padre para sobrevivir, pero no mató a su cachorro, que ahora, refugiado en Ammán, disfruta por primera vez de un espacio que nunca antes.