A diferencia de otros países, en Suecia el presidente del Parlamento tiene más importancia que el primer ministro. Dicho cargo figura, por tanto, como el segundo en jerarquía después del Rey (Carlos XVI Gustavo).
Esa fue la importancia de una visita que no obstante se realizó con pocos guardaespaldas y en un ambiente moderado, sencillo, a Medellín, el pasado 11 y 12 de marzo. El propósito fue, además de abogar por mayor intercambio económico, dar un mensaje inequívoco del apoyo sueco al proceso de paz colombiano, en la misma vía de la comunidad internacional y el Consejo de Seguridad de la ONU.
EL COLOMBIANO pudo dialogar sobre este y otros temas con el presidente del Parlamento sueco, Urban Ahlin.
¿Por qué visita Colombia?
“Llevamos viendo con especial atención el caso colombiano durante varios años, y nos sorprende su actual estabilidad, crecimiento económico, que es mucho mejor que el de otras naciones de A.L, y nos esperanza aún más saber que el país está cerca de un acuerdo de paz, una labor que siempre ha buscado Suecia. Le prometí a Juan Manuel Santos, quien estuvo en Estocolmo, en una maravillosa conversación, nuestro apoyo a ese progreso”.
¿Y por qué viajó a Medellín?
“Todos conocen la mala historia de Medellín, la violencia que vivió. Pero llama ahora la atención que se volvió sinónimo de triunfo ante las adversidades. Eso se ha reconocido a nivel mundial. Como le dije al alcalde Federico Gutiérrez, fue la princesa heredera Victoria de Suecia la que me recomendó, como primera que será en la jerarquía del país —yo soy el segundo—, visitar esta ciudad. Ella ya vino el año pasado, y me dijo ‘necesitas ir, es hermoso ver todas las cosas positivas que ocurren allá’.
Y ahora que estoy acá es bueno ver que tenía razón, y esperamos no solo que todo siga así, sino que mejore en varios temas: inclusión social, equidad, paz. Esas son las cosas que nosotros apoyamos”.
¿Dentro del Parlamento Sueco hay alguna oposición al proceso de paz?
“Cada partido está muy contento con lo que ve de Colombia. Muchos parlamentarios, de distintos sectores, han visitado este país en los últimos años, y todos regresan llamando la atención sobre la necesidad de blindar la búsqueda de paz y fortalecer los nexos económicos. ‘Debemos hacer mucho más’, dicen todos. El apoyo sueco es unificado”.
¿Qué intereses específicos viene a supervisar?
“La prioridad es brindar a los colombianos un mensaje de que tras una eventual firma de un acuerdo de paz, el país no estará solo, y la comunidad internacional financiará los escenarios del posconflicto. Mi visita y la de la princesa heredera es una garantía de que ustedes van a contar con nosotros, y que Suecia brindará su mano para construir paz en Colombia. Aquí estaremos.
En segundo lugar, hay por supuesto intereses económicos. Los más relevantes, por ejemplo, son los de transporte público con Volvo y Scania. Pensamos que tenemos mucho que ofrecerle a Medellín en ese sentido, ya que un sistema de esas características incrementa la eficiencia y reduce la contaminación. Estamos viendo oportunidades”.
Volviendo a la paz, ¿son conscientes de la baja aprobación local de Santos, y del riesgo que eso implica?
“Nuestro apoyo a la paz no es a un mandatario, así no funciona la política en Suecia. Nuestros apoyos son neutrales y nuestras decisiones no se basan en determinados partidos políticos o doctrinas. No obstante, Suecia apoya la paz para Colombia, y siendo consciente de los riesgos que surgirán contra la misma tras una eventual firma, de los esfuerzos que se tendrán que hacer, sigue decidida a apoyarla. Así también piensa el mundo”.
Suecia brilla por tener mucha equidad, ¿ven la necesidad de apoyar en lo social para consolidar la paz?
“Somos uno de los países con mayor equidad en el mundo. Estamos actualmente también enfocándonos en igualdad de género. La paz en Colombia no será sostenible si no se trabaja en esas variables. Prevemos colaborar en programas para mejorar el tema social en el posconflicto. Lo que digo a los colombianos es que si este sistema que tenemos funciona en Suecia es porque las personas aportan al mismo y no se trata solo de recibir beneficios sin hacer nada. Ayudamos pero a conseguir trabajo y aportarle a la sociedad, no es un esquema para perezosos”.
¿Así deberían ver los colombianos la paz, algo a lo que deben contribuir?
“No soy quien para decirle a los colombianos cómo pensar. Pero sí sé que la paz desencadenaría beneficios y recursos que hoy no se pueden ver en Colombia por el conflicto. El dinero se gastaría en asuntos más inteligentes que simplemente matar. La paz será siempre mejor”..
