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Noches de terror en la frontera

La consternación se vive en San Antonio y Ureña, tras la toma de las calles por decenas de encapuchados.

  • Los encapuchados se tomaron varias calles de los municipios de San Antonio y Ureña. Hicieron retenes y amenazaron a la población. FOTOS CORTESÍA
    Los encapuchados se tomaron varias calles de los municipios de San Antonio y Ureña. Hicieron retenes y amenazaron a la población. FOTOS CORTESÍA
  • Durante su paso por las poblaciones fronterizas, pintaron las casas con mensajes en favor de la revolución.
    Durante su paso por las poblaciones fronterizas, pintaron las casas con mensajes en favor de la revolución.
20 de noviembre de 2019
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El desfile en motos y vehículos del grupo autodenominado “Colectivos en Defensa de la Frontera y la Revolución Bolivariana”, durante su paso por sectores populares, desafió a la población mostrando armas de largo alcance y lanzando explosivos, acción que causó de pánico las calles de la frontera.

Con afiches y mensajes en las paredes de viviendas, advirtieron a la dirigencia política opositora a Maduro, que “los colectivos revolucionarios en territorio liberado, defenderán la revolución de cualquier amenaza interna y externa”, mensajes que fueron la constante, especialmente, durante la noche del viernes 15 y la madrugada del 16 de noviembre.

“Fuera paracos... ante la bota paramilitar, organización popular”, reza uno de los tantos grafitis dejados en las paredes. La acción del grupo al margen de la ley fue catalogada por los habitantes de San Antonio y Ureña, como “terrorismo” generado para atemorizar y crear zozobra en la población, precisó Juan, un habitante de la zona, quien pidió, al igual que el resto de los moradores, reserva de su nombre.

Silencio y miedo

Una tensa calma envuelve a los municipios fronterizos venezolanos días después de los sucesos que conmocionaron a la población. En las calles de San Antonio y Ureña la gente retorna a sus actividades, pero con el temor de lo que pueda pasar en cualquier momento. Pocos son los que se atreven a narrar a la prensa lo sucedió. Quienes lo hacen se escudan en la reserva de la identidad. Hay miedo en la población.

“Acompáñeme y conversamos en la casa, aquí no sabemos quién pueda oírnos, dijo Eduardo, habitante de San Antonio. El hombre de 50 años le dijo a EL COLOMBIANO lo que vivió la noche del pasado viernes 15 de noviembre.

“Estaba sentado en la calle cuando una explosión nos aturdió. La gente que estaba en las casas empezó a salir. De pronto decenas de motorizados encapuchados aparecieron, también venían en carros y camionetas. Nuevamente lanzaron otra bomba de aturdimiento que casi me levantó de la silla”, relató el hombre.

Eduardo, quien ha vivido toda su vida en San Antonio, dijo que ningún cuerpo de seguridad venezolano impidió el desplazamiento de este grupo ilegal. “Tanto el armamento que mostraron como las bombas de aturdimiento son material de guerra, militar y no nos explicamos cómo estas personas lo manejan sin que la policía haga algo para impedirlo”, dijo Eduardo.

Mientras recorrían las calles y avenidas de las localidades de frontera, vociferaban: “rodilla en tierra”, dice aún asombrado Alfonso, habitante de San Antonio.

“En un carro viajaban cuatro encapuchados y al momento de pasar frente a mí se detuvieron, uno de ellos se bajó, me apuntó con un arma larga que tenía una luz que se reflejó en mi pecho. Me quedé quieto, la movió hacía lo alto, disparó y se fue”, relató aún con voz agitada por el pánico.

La intensión de Alfonso era usar el teléfono celular para grabar lo que sucedía, pero se arrepintió y hoy sabe que fue la mejor decisión. “Creo que me hubieran matado si les hago una imagen, apenas y toque el teléfono que estaba en mi bolsillo”.

Puntos de control

En Ureña la dinámica fue similar, a excepción de los puntos de control instalados por los encapuchados en las calles de la población.

“Paraban los carros, pedían papeles a los ocupantes. Todos estaban con la cara tapada, mostraban las armas para meter susto, y lo lograron, porque la gente se encerró el fin de semana y no salió de sus casas”, dijo Abelardo, vecino de Ureña.

Para Luis Beltrán, representante del Frente Amplio, Venezuela Libre, agrupación que reúne a los partidos políticos de oposición, en la zona de frontera dijo que lo sucedido no debe quedar impune. Responsabilizó a los funcionarios del gobierno de Maduro quienes estuvieron durante la semana en el fronterizo estado Táchira.

“Todo empezó después de un acto político que se convocó en la frontera. Estaban las autoridades locales y todos los motorizados que después atemorizaron al pueblo. Nos estamos organizando como Frente Amplio para consignar la denuncia ante el Ministerio Público y la llevaremos a organismos internacionales porque los autores están plenamente identificados”. Pero, a la larga, poco importantan lasmedidas, en la zona impera una ley, solo una, la que dictan los colectivos y que está amparada en el temor. .

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