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Casi 23 millones de peruanos estaban convocados ayer para elegir a quien llevará las riendas del país hasta 2021.
Si bien desde los primeros sondeos era claro que la candidata de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, gozaba de la mayor popularidad entre el electorado, los pronósticos de que sería necesaria una segunda vuelta se cumplieron.
Si bien al cierre de esta edición no se habían publicado por completo los reportes oficiales, los resultados preliminares mostraban que la hija del expresidente Alberto Fujimori, condenado a 25 años de prisión por delitos contra los derechos humanos y por corrupción, se enfrentará el 5 de junio próximo a Pablo Kuczynski, un exministro con la confianza del sector empresarial y de las clases altas.
Ambos, con tendencia de derecha pero posiciones opuestas sobre el fujimorismo, tendrían dos meses para convencer a los votantes sobre sus propuestas.
Fujimori, que intenta alejarse de la sombra de su padre, tiene como bandera crear proyectos de infraestructura que conecten el país y redefinir el destino que se le dé al agua: primero para el consumo humano, luego para el uso en la agricultura, la ganadería y, por último, para la minería.
Kuczynski, de 77 años, rechaza con vehemencia el autoritarismo promulgado por Fujimori padre, y en cambio llama a la búsqueda de transparencia y democracia. Sus propuestas, que según Fernando Tuesta, director del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica del Perú, son más concretas, incluyen reducir el impuesto general a un 3 por ciento, dar agua potable y alcantarillado a 10 millones de personas y bajar la pobreza a un 13 por ciento.
La disputa entonces estará reñida. Paolo Sosa, analista político del Instituto de Estudios Peruanos, dice que hay una clara polarización en el país por quienes apoyan la corriente del fujimorismo y sus opositores. Así las cosas, la reflexión por ahora debe ceñirse a las prioridades programáticas que deberán defender para lograr la victoria.
Según Sosa, lo primordial es la educación de calidad ya que hace poco se aprobó una ley en ese país sobre el tema y ahora se necesitan regulaciones. El otro, continuó, son los programas sociales: “los candidatos quieren crecimiento económico, pero esto no sucederá si persiste la desigualdad”, anotó. El último, aunque menos urgente, deberán ser las relaciones con países vecinos, aunque el experto aclaró que el cuerpo diplomático de Perú goza de buena reputación y no lo afecten decisiones políticas.
Sobre el tercer lugar de Verónika Mendoza, la candidata de izquierda que se disputó hasta último momento la segunda vuelta con Kuczynski (obteniendo de manera preliminar un 16,2%), Sosa dijo que la sola puja ya fue inédita en un país sin esa tendencia desde hace 25 años.