La posesión de Gustavo Petro en la Presidencia de Colombia es un hecho que marcará la historia del país, pues es el primer político abiertamente de izquierda que logra llegar al máximo cargo en la República.
Pero su victoria electoral no se puede ver como un hecho aislado de la actual realidad política que está viviendo Latinoamérica, donde varios países han dado giros a la izquierda.
Entre estos está Chile con la victoria de Gabriel Boric, que obtuvo el 55,87% de los votos; Pedro Castillo en Perú, quien venció a la tradicional política Keiko Fujimori, y yéndonos un poco más atrás está Andrés Manuel López Obrador en México. Es posible que a esta lista de presidentes de izquierda se sume Lula da Silva en Brasil, pero aún hay que esperar.
Sin embargo, es importante aclarar que los movimientos de izquierda actuales en la región no se pueden entender como uno solo. “Los ascensos de gobiernos de izquierda no responden a un movimiento internacional u homogéneo, ¿qué quiere decir eso? que la izquierda suele ser más heterogénea”, analiza Mario Urueña, doctor en Derecho de la Universidad del Rosario y magíster en Geopolítica.
Agrega que los gobiernos de derecha en general se caracterizan más por su pragmatismo, donde a pesar de las diferencias en dos o tres asuntos, usualmente logran buscar entre ellos consensos y gobernar en un frente unido, algo que según Uñera no existe en la izquierda.
Con la llegada de estas nuevas figuras políticas de izquierda a la presidencia de países en la zona se ha recordado la llamada “marea rosa” que comenzó en 1988 con la elección de Hugo Chávez en Venezuela y de la que hicieron parte el entonces presidente Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador.
Pero el momento actual de cambio político en Latinoamérica se da bajo nuevas condiciones y es posible reconocer algunas diferencias. Por ejemplo, lo que tiene que ver con los temas ambientales, que son clave en este momento en varios países de América Latina, pues buscan transitar a economías verdes, a diferencia de lo que ocurrió en la marea rosa, cuando se tomó provecho de la venta de materias primas o venta de “commodities”, donde primaba el extractivismo.
La segunda diferencia que se puede resaltar es la importancia que ha adoptado el tema de los derechos humanos en los nuevos gobiernos, que incluyen las reivindicaciones feministas, de la comunidad LGTBIQ+ y sobre todo los derechos políticos y civiles, que no fue un tema primordial en los años 2000. “Por ejemplo, Rafael Correa en Ecuador, e incluso otros presidentes, tenían comentarios y actitudes homofóbicas”, recuerda Urueña.
¿Por qué se da el giro a la izquierda política?
Desde hace décadas había predominado en América Latina la derecha política en varios países, pero ahora se consolidó un mapa diferente.
“El giro en la región se explica por el desgaste de los gobiernos conservadores, Macri (Argentina), Martín Vizcarra (Perú) (...) la derecha está muy desprestigiada, y en segundo lugar la gente grita cambio, lo vimos en todos los levantamientos que hubo en América Latina”, explica Mauricio Jaramillo Jassir, Profesor de la Universidad del Rosario, master en ciencia Política del Instituto de Estudios Políticos de Toulusey y geopolítica de la Université Paris.
Pero hace énfasis en que esta nueva ola de políticos pertenecen a movimientos de izquierda “moderados”. La posesión de mandatarios que compartan algunas bases ideológicamente hablando abre la probabilidad de una mayor cooperación en América Latina.
“Creo que podría haber un eje importante, tienen una visión más latinoamericanista, ahí podría haber algo interesante”, dice Urueña.