El ambiente previo al cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco —que comenzará el próximo 7 de mayo en la Capilla Sixtina— no deja de agitarse.
Tras el desistimiento del cardenal Angelo Becciu —condenado por corrupción y despojado de sus privilegios cardenalicios— al cónclave, la atención se concentra ahora en el cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, arzobispo emérito de Lima (Perú), acusado de abuso sexual y sancionado por el Vaticano.
Cipriani, de 81 años y miembro del Opus Dei, no tiene derecho a voto en el cónclave por superar el límite de edad, pero su sola presencia en los actos oficiales y su participación en las congregaciones generales, ha generado preguntas en Roma.
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Cipriani fue sancionado por el papa Francisco hace seis años tras ser denunciado en 2018 por el presunto abuso sexual de una adolescente, ocurrido en los años 80.
En 2019, el Vaticano le impuso un precepto penal que incluía la prohibición de hacer declaraciones públicas, portar insignias cardenalicias y regresar a Perú sin autorización previa.
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, confirmó el pasado mes de enero que esas sanciones “siguen vigentes” y que solo se han hecho excepciones puntuales por motivos familiares o de salud.
Ese mismo mes, Cipriani, quien se radicó en Madrid, se había pronunciado sobre la serie de sanciones que le impuso la Iglesia como “la limitación del ministerio sacerdotal, una residencia permanente fuera del país y el silencio”.
El arzobispo emérito de Lima asegura que no guarda “rencor al acusador” y declara su “total inocencia”, había informado la oficina de prensa del Vaticano.
Sobre su situación ad portas del cónclave, Bruni indicó a medios italianos durante esta semana que “el caso es conocido. Si no se ha tomado ninguna decisión sobre este tema, cada uno deberá sacar sus propias conclusiones”, dijo a los periodistas al ser consultado por el cardenal peruano, según declaraciones recogidas por el medio La Stampa.
El portavoz también había precisado que todos los cardenales pueden participar en las congregaciones generales.
El caso de Cipriani también ha dado de que hablar luego de que el Vaticano asegurara que una de las prioridades del nuevo pontífice deberá ser, precisamente, el abordaje de los abusos sexuales en la Iglesia.
El tema ha sido señalado oficialmente por la Santa Sede dentro de las discusiones durante las congregaciones previas al cónclave.
Los abusos sexuales en la Iglesia, en la agenda del cónclave
Después de encubrir por décadas crímenes sexuales contra niños por parte de sacerdotes, la Iglesia católica trae el tema al centro del cónclave para sustituir al papa Francisco.
Fue uno de los retos más dolorosos de Francisco, que hizo más que cualquier otro pontífice para abordar este tipo de abuso.
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Los cardenales ahora lo ponen entre los principales desafíos del sustituto del primer papa latinoamericano.
El Vaticano informó en un comunicado que “la evangelización, la relación con otras religiones y el tema del abuso” destacan entre los temas más urgentes de la Iglesia.
Con información de AFP*