La noticia en Roma no fue, como se esperaba, que el Papa Francisco, como ya venía siendo costumbre, expresara —palabras más, palabras menos—, su visión de una iglesia en la que los homosexuales tuvieran un lugar y no fueran expulsados de la familia cristiana, ni mucho menos condenados al infierno, como si se tratara de seres inferiores o malvados.
Si bien el Santo Padre hizo distintos llamados a la tolerancia en lo que va de su pontificado, ayer rompió lo que ya era tradición y se mostró bastante crítico con la tendencia mundial de legalización del matrimonio gay.
“Solo la unión exclusiva e indisoluble entre un varón y una mujer cumple una función social plena. Nadie puede pensar que debilitar a la familia como unión natural fundada en el matrimonio es algo que favorece a la sociedad”, advirtió en su exhortación post-sinodal sobre la familia “Amoris Laetitia” (La alegría del amor), publicada ayer.
“Ocurre lo contrario: perjudica la maduración de las personas, y el desarrollo ético de los pueblos”, agregó el Sumo Pontífice.
“Debemos reconocer la gran variedad de situaciones familiares que pueden brindar cierta estabilidad, pero las uniones de hecho o entre personas del mismo sexo, no pueden equipararse sin más al matrimonio”, concluyó.
Sus afirmaciones se dan a un día de que la Corte Constitucional de Colombia aprobara el matrimonio homosexual, y contrastan con la opinión laxa que tuvo sobre el tema en julio de 2013: “Si una persona es gay, busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla? El catecismo de la iglesia Católica explica que no se deben marginar a esas personas y que deben ser integradas en la sociedad”.
¿Por qué este contraste? Para Juan Manuel Torres, docente del Centro de Estudios Teológicos de la Universidad del Rosario, no se trata de una contradicción. “Desde siempre, a pesar de que el Papa nunca ha condenado a los homosexuales y en cambio ha buscado una iglesia más misericordiosa e incluyente, las posturas del Papa frente al matrimonio gay, tal como los anteriores pontífices, han sido innegociables. Y esto seguirá siendo así en el Vaticano, que nunca considerará ese tipo de unión igual a la de hombre y mujer”, explicó.
En anterior diálogo con EL COLOMBIANO, José Manuel Vidal, director del portal Religión Digital, afirmó que “Francisco lleva a cabo toda una reforma de la iglesia, que avanza rápido, pero en los temas delicados va con mucha cautela”.