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Un joven nepalí fue rescatado luego de permanecer 82 horas atrapado bajo los escombros de un edificio en Katmandú derrumbado por el terremoto de 7,8 grados que golpeó el sábado Nepal.
Rishi Khanal, de 28 años, fue rescatado por un equipo francés y la Policía nepalí, que trabajaron durante 10 horas para liberar al joven, quien no podía salir de entre los restos de la edificación porque una viga le mantenía atrapada una pierna, informó hoy el diario local Nepali Times.
“Comenzamos a excavar un agujero a través del hormigón siguiendo las instrucciones del equipo francés y después cortamos la viga que mantenía atrapada su pierna”, dijo al diario el agente de Policía Narayan Thapa.
Otra persona se encontraba viva entre los restos del mismo edificio, pero cuando los equipos de rescate llegaron hasta ella ya había fallecido, de acuerdo con Nepali Times.
En otro rescate ocurrido el lunes, una mujer parapléjica de 32 años pudo ser sacada con vida y en estado estable tras unas 50 horas atrapada entre los escombros de su vivienda en Katmandú.
Zonas remotas en crisis
Las zonas más remotas afectadas por el terremoto de 7,8 grados de magnitud en la escala Richter que sacudió el pasado sábado Nepal padecen la mayor crisis humana tras la catástrofe, debido a las dificultades de los servicios de rescate para acceder a esas áreas.
Bimal Shrestha, que procede de un pueblo situado en el distrito de Sindhupalchwok, afirmó en Katmandú que el seísmo y las réplicas posteriores derrumbaron unas 800 casas en la localidad, donde murieron al menos un centenar de personas.
“He estado visitando a diferentes autoridades del Gobierno, pero ningún equipo de rescate ha sido movilizado” para ir al poblado, explicó Shrestha, que incluso intentó alquilar un helicóptero privado para trasladar artículos de primera necesidad a su gente.
“Conseguí alquilar un helicóptero y cargarlo con alimentos, pero el piloto dio marcha atrás porque el Gobierno quiere que todos los helicópteros vuelen bajo órdenes gubernamentales”, relató el nepalí.
La falta de acceso a las áreas más remotas de los equipos de rescate rebaja con el paso de las horas la posibilidad de hallar personas con vida entre los escombros o que los heridos más graves puedan recibir tratamiento en centros hospitalarios de Katmandú.