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Sin Fidel, violentan a los disidentes

En un afán por mostrar que el régimen sigue vivo, los agentes del Gobierno se ensañan contra la oposición.

  • La muerte de Fidel Castro no disminuyó las presiones contra los disidentes cubanos. Líderes opositores denuncian que la represión se agravó por la necesidad del Gobierno de legitimar sus ideas. FOTO Archivo AFP
    La muerte de Fidel Castro no disminuyó las presiones contra los disidentes cubanos. Líderes opositores denuncian que la represión se agravó por la necesidad del Gobierno de legitimar sus ideas. FOTO Archivo AFP
  • En un afán por mostrar que el régimen sigue vivo, los agentes del Gobierno se ensañan contra la oposición. Ilustración Emers
    En un afán por mostrar que el régimen sigue vivo, los agentes del Gobierno se ensañan contra la oposición. Ilustración Emers
10 de enero de 2017
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La disidencia cubana pensó por décadas que la muerte de Fidel Castro significaría el fin de la represión. De hecho, el 25 de noviembre, cuando falleció el líder de la Revolución, hubo quienes hicieron fiesta en La Habana y en el exilio.

No obstante, al día siguiente, el grafitero Danilo Maldonado, conocido como El Sexto, fue detenido en una prisión de máxima seguridad, sin derecho a un juicio hasta ahora, por haber pintado “Se fue” en un céntrico paredón de la capital.

Desde entonces, los opositores sienten que sus condiciones se agravaron. La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) denunció que, en diciembre, después de la partida del líder, se produjeron 458 arrestos a disidentes, un centenar más que el mes anterior.

Según el recuento de esta organización, ese mismo mes hubo 14 agresiones físicas por parte de los cuerpos de represión política, 37 acciones de hostigamiento e intimidación y dos actos de repudio.

Las Damas de Blanco, un grupo de mujeres que todos los domingos marchan exigiendo la libertad de los presos políticos son tal vez las más lastimadas por este “reforzamiento de las fuerzas policiales cubanas”.

Así lo expresa Berta Soler, para quien el incremento de la violencia contra los líderes es seña de que “el régimen perdió su rumbo sin la presencia de Fidel y quiere hacerse sentir frente a la sociedad civil a como dé lugar”.

Soler cuenta que las dificultades para los activistas de derechos humanos persisten en enero. El primer día del año, más de 20 viviendas de miembros de las Damas de Blanco fueron allanadas y los agentes les arrebataron paquetes con juguetes que tenían previsto entregar el Día de Reyes. Esa misma semana, cuando iban camino a la iglesia, en la provincia de Matanzas, las arrestaron con el argumento de que no podían participar en la misa.

La recesión presiona

Gustavo Fariñas, periodista tres veces encarcelado (11 años y siete meses en total), atribuye el aumento de la represión a la pérdida de legitimidad del régimen por la difícil situación económica que afronta Cuba.

Y es que en diciembre pasado, arrastrada por la crisis de Venezuela, la isla entró en recesión por primera vez en más de 20 años al tener una caída del 0,9 % del Producto Interno Bruto (PIB), llevando a más personas a desencantarse con el sistema y a buscar salir del país.

“Vemos un cambio en la forma en que la ciudadanía está enfrentando esta nueva circunstancia de la muerte de Fidel. Ha aumentando el nivel de incertidumbre y de inseguridad, pero también la protesta social por temas básicos como la alimentación”, comentó el opositor.

Fariñas anotó además que el pasado 2 de enero, cuando salió el tradicional desfile que conmemora el inicio de la Revolución cubana (hace 57 años), las tropas especiales lucieron aún más su fuerza y armamento, pero “no mostraron realmente una ideología”.

Lo anterior lo dice porque los marchantes emplearon las mismas consignas de siempre: “Fidel no ha muerto”, por ejemplo, pero no dieron pistas sobre cuál será el nuevo proyecto de esa nación. “Ese vacío se va a ir ahondando hasta que se produzca una ruptura, porque el Gobierno está en una posición muy precaria”, augura, y añade que la Revolución erró al basarse en los discursos del fallecido líder, porque ahora, con Raúl Castro al mando, el Gobierno ya no sabe cómo convencer.

Con ese escenario, Cuba, que en 2016 registró el mayor número de detenciones arbitrarias por “motivos políticos” desde 2010, ocupa el primer lugar de Latinoamérica en esta clase de acciones represivas.

Para Roberto de Jesús Esguerra, periodista encarcelado en dos ocasiones, la situación no cambiará mucho en los próximos años si el mundo continúa legitimando las violaciones a los derechos en Cuba.

827
es el promedio anual de detenciones a opositores en Cuba, según la CCDHRN.
6
es el puesto que ocupa Cuba entre los países con mayor tasa de población penal.

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