Restablecido el orden tras el fallido intento de golpe entre la noche del viernes y la madrugada del sábado, el Gobierno turco continuó ayer una amplia campaña de detenciones de altos mandos militares, supuestamente involucrados en la asonada.
La cifra de detenidos supera los 6.000, según el Ministerio de Exteriores turco, que registra en “más de 190” los ciudadanos muertos por oponerse al golpe, a los que se suman “más de 100 conspiradores golpistas muertos”.
También hay “más de 1.400 heridos”, agregó el Ministerio, que atribuye la responsabilidad del golpe “de manera obvia” a “la Organización Terrorista Fethullah Gülen”.
Ese el término utilizando por la Fiscalía desde el año pasado para designar a la red de seguidores de Gülen, un predicador islamista exiliado en Pensilvania, Estados Unidos.
El entorno de Gülen ha negado toda implicación con el hecho, y el secretario de Estado de EE. UU., John Kerry, ha instado a Turquía a presentar “pruebas”, antes de considerar una petición de extradición.
Un comunicado militar emitido, el primero desde el golpe fallido, usa términos similares al Gobierno turco, al achacar la responsabilidad a “miembros de una banda terrorista ilegal que se enquistó en las Fuerzas Armadas”.
La nota promete “castigar de la manera más severa, dentro del marco de la ley” a los sublevados y destaca el rol del pueblo, que frenó el acto ilegal manifestándose en la calle, si bien subraya también que “la aplastante mayoría” de los miembros de las Fuerzas Armadas se opuso.
Entre los militares detenidos está Akin Öztürk, excomandante de la Fuerza Aérea, que iba a ser supuestamente el nuevo jefe del Estado Mayor en caso de prosperar, asegura la prensa, aunque él ha negado toda implicación.
Causó también sorpresa el arresto del coronel Ali Yazici, desde agosto asistente militar del presidente, Recep Tayyip Erdogan, un cargo de confianza que el mandatario elige entre los nombres propuestos por las Fuerzas Armadas.
Varios soldados rasos, que estaban haciendo el servicio militar obligatorio, aseguraron que no sabían nada de un levantamiento militar e indicaron que fueron llamados a salir de los cuarteles en lo que pensaban iba a ser un ejercicio militar.
Ayer hubo entierros de numerosas víctimas del golpe en ceremonias públicas. A una de ellas asistió Erdogan.