El nadador español Miguel Durán fue el protagonista de un insólito episodio en el estadio Acuático Olímpico, lugar en el que se desarrollan las competencias correspondientes a la natación.
El español, que compitió por primera vez en unas justas olímpicas en estilo libre 400 metros, saltó a la piscina antes de la señal de los jueces para iniciar la prueba, hecho que representa la descalificación de la prueba.
Hundido en el agua, volteó a ver a sus compañeros, quienes lo observaban aún en posición de salida. Al darse cuenta de su error, el deportista español no pudo contener su tristeza y entre lágrimas, salió de la piscina mientras el público lo aplaudía en señal de ánimo.
Mientras el desconsolado nadador de 20 años lloraba cuando se dirigía al vestuario, los comisarios iniciaron la evaluación de lo sucedido, y tras deliberar, uno de los jueces lo alcanzó y tras unas breves palabras, Durán regresó a la competencia.
Los comisarios decidieron que Durán había confundido un sonido fuerte procedente de las tribunas con la señal de salida.
El deportista finalmente pudo competir, pero la desconcentración por el incidente y la tensión acumulada perjudicaron su rendimiento y finalmente acabó último con un tiempo de 3:53.40 minutos, cinco segundos más que Marwan Elkamash, ganador de una de las cuatro series disputadas.