Hacer planes y bromas, recordar, soñar con el futuro, compartir ideas y difundir información. Los seres humanos son animales sociales y pasan gran parte de la vida comunicándose con los demás. Ahora bien, si las posibilidades son interminables y conversar parece natural, ¿por qué cuesta tanto?
La comunicación ha jugado un papel central en la capacidad de la especie humana, no solo de sobrevivir, sino también de prosperar. Así lo narra Michael C. Corballis, profesor emérito en el Departamento de Psicología de la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda, en su libro El mono desequilibrado (1993).
Aunque domine las conversaciones, esto no significa que sea bueno para ellas. La mayoría de los humanos lo hace robándose el show (Ver Informe/Para saber más). Es por esto que expertos coinciden en que centrarse en los puntos de interés común ayuda a construir una buena relación. Si ambas personas viven en un lugar determinado o disfrutan de las mismas series, tiene sentido permanecer en esos temas para mantener el interés mutuo. Sin embargo, una vez que haya establecido una buena base, no sea tímido para dedicarse a explorar temas más significativos.
Algunas conversaciones son buenas, algunas son malas y otras son olvidables al instante. ¿Cuál será la suya?