La Alcaldía de Medellín informó que empezó el vaciado de la losa de concreto le dará continuidad al corredor peatonal donde está el reconocido Graffitour de la comuna 13. Según señaló la administración distrital, la extensión del viaducto Media Ladera convierte este recorrido cultural en un tramo mucho más largo. Serán 102 metros de longitud que permitirán que más personas de los barrios Las Independencias I, II y III se integren a las dinámicas turísticas y comerciales que se han intensificado en la zona, y además tendrán acceso directo a las escaleras eléctricas.
“Esta es una obra que se traduce en mejor calidad de vida para las personas. La extensión del viaducto facilita el ingreso a las viviendas, locales comerciales e instituciones educativas, entre otros. Aquí, las condiciones topográficas del terreno eran difíciles y anteriormente era muy complicado trasladar a un enfermo o llegar con el mercado. Le estamos ampliando esas posibilidades a muchas familias”, manifestó el secretario de Infraestructura Física, Jaime Andrés Naranjo Medina.
Adicionalmente, se conformarán 1.655 metros cuadrados de espacio público que tendrán miradores y estancias. La obra avanza en un 87 % y la inversión hecha por el Distrito es de $14.116 millones.
Los 102 metros en construcción se suman a los 711 metros de longitud que ya tiene el viaducto. En el nuevo espacio se sembrarán 741 metros cuadrados de jardines y 21 nuevos árboles que aportarán sombra y aire puro al sector.
La inversión realizada por el Distrito es de $14.116 millones y ha generado hasta ahora 160 empleos, muchos de ellos ocupados por habitantes de la zona.
Por su parte, Paulina Atehortúa, habitante del sector y quien trabaja para la obra como auxiliar vial, agregó: “Estamos muy contentos por el desarrollo tan rápido que ha tenido la obra. Nos ha favorecido mucho para nuestros niños, para que las personas de la tercera edad puedan desplazarse y tener un ambiente sano”.
Cabe recordar que el auge del Grafittour ha detonado algunas problemáticas en el sector por la cantidad de turistas, el ruido y el hacinamiento. De manera que la extensión del viaducto está orientado a mitigar esas problemáticas.
De todos modos, es importante recordarle a turistas y habitantes de Medellín que el Graffitour, aunque siendo la más popular, no es la única ruta fascinante con la que puede conocerse la historia de la Comuna 13. Está la ruta de la Memoria, que comienza en un pequeño cuarto del convento de las “Lauritas. El sitio se llama Salón Tejiendo Memoria. Allí fue donde un día una madre decidió llevar la foto de su hijo desaparecido en las previas de la operación Orión (2002); frente al retrato desató un desconsolado llanto mientras conversaba con él y eso, a juzgar por la expresión con la que salió, le produjo alivio, según relata la hermana Rosa Cadavid
Esta ruta continúa en el Plan del Ché, una cumbre que en el pasado fue tomada por los armados de distinto pelambre como base de operaciones. Luego sigue con la visita a alguna de las organizaciones comunitarias a través de las cuales se ve la resiliencia de la comunidad. Después sigue en la Asociación de Mujeres de las Independencias (AMI), donde los visitantes se enteran de lo que fue la operación Orión y la lucha posterior para reivindicar a las víctimas de ella al igual que se evidencia el esfuerzo por mantener a las familias, por criar a sus niños, y como son ellas las que poseen la mayor capacidad de lucha y unión para salir adelante. Y finaliza en la biblioteca de la zona centro occidental, que recibió un premio internacional por su labor en pro del restablecimiento de la memoria sobre el conflicto.
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También está el afrotour comienza en el barrio Belencito Corazón, baja por los sectores de Nuevos Conquistadores donde están el centro cultural de Son Batá y el proyecto Terrazas Verdes.
Acá la gente hace una inmersión experiencial aprendiendo lo básico del baile, la música y los grafitis asociados al hip hop, además de que pueden disfrutar de un patacón con queso, un guandolo, un jugo de borojó o una bebida más fuerte y embriagante como el biche del Pacífico. Adicionalmente les enseñan a sembrar en las terrazas verdes.
Antes allí quedaba la escuela donde se educaron varias generaciones de lugareños y posteriormente la convirtieron temporalmente una base militar.