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Tras 100 días de cerramiento en la Plaza Botero se redujeron los hurtos, pero no se acabaron

A pesar de que la Policía tiene sobre el papel el control dentro de la Plaza, los delitos continúan y en los alrededores aumentaron.

  • Poco a poco la presencia policial se ha diluido así como la rigurosidad de los controles para evitar ingreso de armas. FOTO: JULIO CÉSAR HERRERA
    Poco a poco la presencia policial se ha diluido así como la rigurosidad de los controles para evitar ingreso de armas. FOTO: JULIO CÉSAR HERRERA
  • Tras 100 días de cerramiento en la Plaza Botero se redujeron los hurtos, pero no se acabaron

La Alcaldía de Medellín entregó el balance tras 100 días de cerramiento a la Plaza Botero y aseguró que la estrategia de cercar el lugar con vallas y presencia policial redujo los hurtos en un 97% frente al mismo periodo de 2022.

Este año la Alcaldía asegura haber ejecutado 15 intervenciones de control y atención a población habitante de calle en los alrededores de Plaza Botero y la Avenida De Greiff. Igualmente, van tres operativos relámpago en sectores aledaños.

“Venimos generando estrategias para mejorar la seguridad. Desde que comenzó el Abrazo a Botero se han cometido dos delitos, en comparación con el mismo periodo del año anterior, cuando se cometieron 41. No se ha presentado hurto a comercio y tampoco homicidios. Han crecido las rutas turísticas, alrededor de 15 volvieron a la Plaza Botero. Queremos recuperar la confianza que habíamos perdido en este sector y devolver estos espacios a los ciudadanos”, dijo el secretario de Seguridad y Convivencia, José Gerardo Acevedo.

Sin embargo, el balance de la Alcaldía es cuestionable. En plena Plaza, un hombre fue apuñalado el 10 de marzo, nueve días antes de que otro hombre muriera desangrado por heridas de arma blanca a plena luz del día y a escasos centímetros de las vallas. En el perímetro cerrado también se han presentado varios hurtos, algunos de ellos denunciados a través de redes sociales.

EL COLOMBIANO ha hecho recorridos constantes durante estos tres meses y la semana pasada presenció la anormalidad en los controles de ingreso. Al principio la Policía empleaba detector de metales para la mayoría de las personas que ingresaban a la Plaza, lo que permitía presumir que el ingreso de armas estaba plenamente controlado. Ahora en los puntos de acceso no hay control alguno, salvo a las personas a quienes, de manera subjetiva, ya sea por la vestimenta o alguna característica física, los uniformados decidan requisarlos y prohibirles el ingreso.

Por ello, varios turistas y ciudadanos han señalado en redes sociales que existe una falsa percepción de seguridad al interior de la Plaza Botero que siguió segregando a vendedores ambulantes y trabajadoras sexuales, quienes terminaron ubicándose en las escaleras eléctricas de la estación Parque Berrío, una zona que recibió el impacto del cerramiento con un aumento descontrolado en los negocios informales, riñas, hurtos y problemas de seguridad y salubridad con los habitantes de calle, tal como ocurre también con Parque Berrío.

También se evidenció en los recorridos que tras retirar varios árboles al lado del Palacio Rafael Uribe Uribe la Alcaldía no los repuso, a pesar de que fue un compromiso que el propio alcalde le hizo a los comerciantes de ese punto, quienes ahora padecen la basura y los charcos putrefactos que se armaron en los huecos que dejaron los árboles retirados.

Tras 100 días de cerramiento en la Plaza Botero se redujeron los hurtos, pero no se acabaron

Por lo demás, la Alcaldía recalcó las bondades del cerramiento para los turistas extranjeros y para su comodidad. Instalaron, por ejemplo, un puesto de información en el que los visitantes aprenden las mejores rutas y experiencias, de la mano de un guía y un punto “instagrameable” para que los turistas posen y se tomen las fotos para presumir en redes sociales.

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