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A que ha visto muy pocas: estas son las aves más comunes de Medellín

Un estudio reciente concluyó que en tres de las ciudades más grandes de Colombia se han registrado 460 especies de aves. Le contamos cuáles puede ver en la ciudad.

  • Durante 14 años de conteo, se registraron en Medellín 10.142 aves de 270 especies y de 42 familias diferentes. En la imagen unos azulejos, hacen parte de una de las familias más representativas de la ciudad. Foto: Juan Antonio Sánchez Ocampo
    Durante 14 años de conteo, se registraron en Medellín 10.142 aves de 270 especies y de 42 familias diferentes. En la imagen unos azulejos, hacen parte de una de las familias más representativas de la ciudad. Foto: Juan Antonio Sánchez Ocampo
  • En la ciudad también se ve la especie Saltator maximus. Foto: Juan Antonio Sánchez Ocampo
    En la ciudad también se ve la especie Saltator maximus. Foto: Juan Antonio Sánchez Ocampo
  • Varios colibríes se ven constantemente en la ciudad. Esta imagen fue tomada en el parque La Presidenta. FOTO Juan Antonio.
    Varios colibríes se ven constantemente en la ciudad. Esta imagen fue tomada en el parque La Presidenta. FOTO Juan Antonio.
  • Conocida como tórtola, las torcazas andan comúnmente en parejas. FOTO Juan Antonio Sánchez
    Conocida como tórtola, las torcazas andan comúnmente en parejas. FOTO Juan Antonio Sánchez
06 de marzo de 2023
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Razón tenía el poeta antioqueño José Manuel Arango cuando escribía el fragmento “en el griterío cantan los pájaros” si se tiene en cuenta que ese verso debió surgir entre las calles de Medellín, una ciudad, como casi todas las de Colombia, repleta de ese grupo de vertebrados que tanta fascinación le causa a los científicos y a los ciudadanos del común por ser relativamente fáciles de identificar y de estudiar, y porque responden rápido ante los cambios, sobre todo cuando están en zonas con diferentes grados de urbanización.

Por ejemplo, en un estudio realizado por académicos de la Universidad Javeriana enfocado al conteo de aves citadinas, se encontraron especies en áreas totalmente edificadas, otras en áreas más naturales como parques y otras en remanentes de vegetación ubicados en la periferia de Bogotá, Cali y Medellín, núcleos de la investigación. También se encontró que en cada escenario las aves hacen uso del entorno urbano de múltiples formas, por ejemplo, duermen en los árboles más altos; buscan comida en los parques de los barrios (las que predominan son insectívoras y frugívoras); y encuentran espacios seguros, aunque sean pocos, para reproducirse y poder mantenerse en condiciones no naturales.

En la ciudad también se ve la especie <i>Saltator maximus</i>. Foto: Juan Antonio Sánchez Ocampo
En la ciudad también se ve la especie Saltator maximus. Foto: Juan Antonio Sánchez Ocampo

Uno de los principales hallazgos de este trabajo fue “reconocer la importancia de los programas de ciencia participativa, pues a partir de los datos recogidos por voluntarios durante 18 años de conteo, se registraron más de 460 especies, un cuarto de las especies de aves del país, y eso es solo en las tres ciudades principales, lo cual refleja una gran diversidad de ejemplares que encontraron condiciones aceptables de existencia, por lo menos en algunos momentos de sus vidas, en esas zonas”, detalla María Ángela Echeverry, profesora del departamento de Ecología y Territorio, de la Universidad Javeriana y una de las cabezas principales del estudio.

Para aclarar: la urbanización es un proceso mediante el cual se modifican las condiciones de un hábitat, eliminando la mayoría de las coberturas vegetales preexistentes para poner en su lugar infraestructura, causando para las aves pérdida nefastas del entorno, mayor ruido del tráfico, y por lógica consecuente, problemáticas en sus ciclos de reproducción, en el canto y en sus comportamientos. Razones por la que muchas especies tienden a disminuir sus poblaciones y desaparecen, mientras que otras pocas, más o menos el 10%, se ven beneficiadas (esos beneficios se notan en sus capacidades reproductivas).

Los expertos encontraron en los territorios evaluados, especies nativas, migratorias, exóticas e invasoras en las urbes. En el caso de Medellín específicamente, dice la investigación, durante 14 años de conteo, se registraron 10.142 individuos de 270 especies y de 42 familias diferentes: el vencejo collarejo (Streptoprocne zonaris) fue la especie más común (510 individuos, 5% de todos), seguida de la torcaza (Zenaida auriculata), y la golondrina blanquiazul (Pygochelidon cyanoleuca). Las familias más representativas fueron Thraupidae con 59 y Tyrannidae con 50 variedades.

En un plano general, se identificaron 18 clases con algún grado de preocupación por su conservación a nivel nacional e internacional. “En peligro crítico de extinción se encuentra el cucarachero de pantano (Cistothorus apolinari ) en Bogotá. En peligro de extinción, a nivel nacional, está la tingua bogotana (Rallus semiplumbeus). Como especies vulnerables están el cacique candela (Hypopyrrhus pyrohypogaster) que habita en las zonas del Valle de Aburra, y el saltarín corona de oro (Chloropipo flavicapilla) que se encontró en ese mismo territorio y en Cali”, explica la profesora.

Varios colibríes se ven constantemente en la ciudad. Esta imagen fue tomada en el parque La Presidenta. FOTO Juan Antonio.
Varios colibríes se ven constantemente en la ciudad. Esta imagen fue tomada en el parque La Presidenta. FOTO Juan Antonio.

En el caso de los individuos que están en peligro de extinción, su mayor amenaza, como ocurre en casi todos los casos a nivel mundial, es la transformación del hábitat, porque con la pérdida de sus zonas originales también pierden los recursos para mantenerse con vida, por eso terminan refugiándose en los pocos espacios verdes de estos círculos de conteo, y siendo consideradas “evasoras de los procesos de urbanización”.

En ese sentido es crucial que la creciente demanda de proyectos de infraestructura en las principales ciudades de Colombia, se tengan planes de conservación de aves, sobre todo porque en Latinoamérica la urbanización ocurre en sitios de alto valor para la biodiversidad, y las aves urbanas también cumplen una importante labor como proveedoras de servicios ecosistémicos, por ejemplo, controlan plagas y brindan bienestar a las personas a través de su canto y avistamiento.

Conocida como tórtola, las torcazas andan comúnmente en parejas. FOTO Juan Antonio Sánchez
Conocida como tórtola, las torcazas andan comúnmente en parejas. FOTO Juan Antonio Sánchez

¿Cuáles son las aves urbanas que más pueden identificarse en Medellín?
En el estudio liderado por la universidad bogotana, se encontró que el vencejo collarejo (Streptoprocne zonaris) es la especie más abundante en la ciudad, sin embargo, no quiere decir que sea fácil de ver, pues esta especie arma grupos grandes de individuos que vuelan a gran altura, por lo que pueden confundirse con las golondrinas. Otra especie abundante la torcaza (Zenaida auriculata), que anda comúnmente en parejas, evadiendo a las palomas grises de plaza, con las cuales parecen competir por espacio y por alimento, siendo las primeras más tímidas que las segundas.

Además, vale anotar que “los reportes de la familia de las tángaras son bastantes en esta ciudad. Se distinguen por sus colores llamativos y por armar grupos de vuelo entre varias especies, que pueden alimentarse en las horas de la mañana a las zonas periurbanas, evadiendo los puntos con mayores edificaciones. También son relevantes las especies de colibríes o chupaflores, que presenta servicios importantísimos en la polinización tanto de plantas ornamentales como en los cultivos que se encuentran en todo el Valle de Aburra”, afirma la científica.

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